Al principio fue moviendo muy suavemente el pene dentro de mi vagina, pero después de un rato comenzó a moverse cada vez mas fuerte, hasta que llego a dar unas estacadas como si quisiera destrozarme, me costo pero pude aguantar toda su vitalidad y su empuje.
Juan, ese el nombre de mi primo, con el empezó mi experiencia sexual, teníamos casi la misma edad, desde niños siempre fuimos muy unidos, pasábamos las vacaciones en casa del uno o del otro, hasta que con el tiempo al empezar a crecer comenzó nuestra curiosidad por el sexo y lo fuimos descubriendo juntos.
Cuando mi prima regreso a su casa por la enfermedad de su madre, yo me dedique en cuerpo y alma a mi trabajo, salía muchísimo al interior de la republica y ella y yo nos veíamos dos o tres veces al mes, seguíamos siendo amantes, teníamos el mejor sexo del mundo pero como pareja nos faltaba tiempo hasta que un día me entere que ya tenia novio
Era una fría mañana y ella estaba sentada en un café bar con un humeante chocolate, se oía una de las canciones de nuevo CD de Sabina de fondo, y le estaba echando un vistazo a la sección de trabajos de un periódico local .
Mi madre me dijo que si quería satisfacerla tendría que aguantar mucho mas y que no me preocupase que practicaríamos mucho y que me haría todo un maestro.
No pude más que empezar a chupar sus dedos. Olían a sales de baño, por lo que pude deducir que o mi hermanastra siempre estaba preparada o aquello no era espontáneo.
Las vacaciones que me tomé en Guadalajara, fueron decisivas en mi vida, no sólo por lo calientes recuerdos que me dejaron, sino porque dieron a mi vida un giro de 180 grados.
Por la falta de una figura paterna mi madre tubo que hacer de madre y de padre durante la complicada etapa de la adolescencia lo cual hizo que fuera naciendo entre nosotros una estrecha relación de complicidad.
Estábamos solos en casa, ya que mi familia había salido a un paseo familiar y al cual me negué a ir, por lo que todos fueron, al igual que mis primos hijos de mi tía.
Una jovencita experimenta emociones de placer en su cuerpo al ver a sus padres desnudos, descubre como estimularse y disfrutar de sus orgasmos; ahora Sandra de 25 años nos relata cómo inició su experiencia
Un sudor frío recorría todo mi cuerpo, la puerta estaba entre abierta, no encendí las luces del pasillo, quería ver como se lo estaba montando aquel hijo de puta con mi novia, ja, bueno con lo que había sido mi novia.
Todo comenzó una ves, ella y yo éramos novios para ese entonces yo tenia 18 años y ella 19, nuestra relación era de los mas normal e infantil que pudiereis imaginar, hasta que comenzamos a descubrir nuestros cuerpos y los deseos que estos tenían
Al entrar los cortos ya habían iniciado y tuvo que hacer esfuerzos para orientarse y buscar un asiento, ya medio acostumbrada a la oscuridad se percató de que la sala estaba casi vacía, solo algunas parejas de novios más entretenidos en fajar que en ver la película.
Esta es mi historia, soy una joven de 18 años pero esto ocurrió cuando tenia 13 desde que recuerdo me ha gustado mi hermano mayor, pero creo que el nunca me miraba por ser la menor y no se daba cuenta que ya yo era toda una mujer y muy bonita por cierto soy blanca de 1.65 cabello castaño largo y ondulado con unas teticas de buen tamaño un culito de muy buen ver el es un chico muy guapo de 25 años que mide 1.80, blanco, ojos café y fornido.
Sonia mi novia, acude a una cita de trabajo en una agencia de modelos, para ayudarme a pagar la renta de mi departamento, sin saber todo lo que ocurriría despues...
Soy un hombre casado de 50 años recién cumplidos. La gente me considera una persona bien parecida y con un cuerpo razonablemente atractivo ya que practico diariamente diversos deportes por espacio de dos horas.
Relato de una madura amante del sexo en todas sus variantes. Un chiquillo en vacaciones la conoce y disfruta de muchos días y noches con ella, hasta que decide partir.
Alba era más tranquila pero aun así como nosotros dos también decia la suya, no se quedaba corta, ya tenia una buena carrera en esto del sexo, a más aunque ella no nos lo contaba sabíamos que en Inglaterra había tenido una experiencia con una chica portuguesa.
Este es el relato que un lector me pidió que escribiera, de cómo desvirgó e hizo suyo a un jovencito vecino, preñándolo por primera vez en su debut en el sexo.
Sabía que aquel jovencito andaría caliente, con ganas de sexo y solo era cuestión de darle un pequeño empujoncito. Había visto unas casas abandonadas a medio derruir cuando lo seguía, y allí era a donde lo iba a llevar si aquel jovencito decidía seguirlo.
Por aquel entonces contaba 19 años, iba al instituto Eusebio da Guarda, eran clases para adultos, muchas veces en lugar de acudir a clase, lataba, otros llamaréis hacer pellas, en fin, la cosa es no acudir a clase. Lo que hacía era ir por La Coruña a beber, fumar, jugar al ajedrez, en fin, ir de rumba todo el día, hasta que llegaba la noche que era cuando me iba a la estación de autobuses para coger el coche de línea e irme para mi casa.
La verdad es que no sabían bien lo que les estaban ofreciendo. Pero la idea era tentadora, nunca habían podido imaginar un sueño así. Aunque claro, esos tíos tenían unos cuerpazos impresionantes que podían explicar toda esa suerte.