Desde hace mucho tiempo estaba la prometí ser parte de la despedida de soltera de mi mejor amiga. Nunca pense que no solo era el show principal para ella, también el juguete de despedida.
Recordaba, la niña, cuando una noche se despertó toda sudada, y como unas leves pulsaciones recorrían su vagina, se asusto, no sabia lo que le pasaba, se daba cuenta que inconscientemente le daban ganas de abrirse de piernas, pero NO, pesaba la nena, eso no era bueno, no era de niñas decentes, pero
La Casa de la Cultura de Teocaltiche palpitaba al ritmo frenético de la música folclórica. Isela, una chica delgada pero con un cuerpo de impacto –chichis turgentes y un culo que prometía – bailaba con una gracia que te dejaba sin aliento.
Memo era un niño inquieto de 5 años, lleno de vida y con una imaginación desbordante que le hacía ver aventuras en cada esquina de su hogar. Su mamá, Isela, era una hermosa mujer que se reía a carcajadas con la sencillez de un niño, y su papá, Guillermo, un gran aficionado al fútbol...
se retiró y fue por una colchoneta, me empezó a besar, me acostó y se puso en medio de mis piernas y empezó a mamar mis tetas, yo ya lo quiera adentro de mí, que me poseyera...
Memo, un niño de tan solo 5 años, se encontraba jugando tranquilamente en su cuarto, sumido en un mar de bloques multicolores. Había construido una torre impresionante y anhelaba compartir su logro con su mamá, Isela.
La tomé con una mano, esta vez ya tenía la cabeza afuera, le besé el glande suavemente y volví a besarle los costados, y fue ahí que me di cuenta… había crecido bastante más, ya no era esa pija de 14 centímetros que yo recordaba hacía apenas un ratito, ahora era una muy buena verga, de entre 20 y 22
El pequeño Memo duerme tranquilo de saberse amado por sus padres, aún que Guillermo, su padre estaba de viaje por trabajo, el sabía que era algo rutinario, su papá salía de viaje con mucha frecuencia, se iba por 2 o 3 días y regresaba con regalos para el.
¿Por qué todos te miran así, si eres un ser humano al fin y al cabo?- Isela murmuró a media mañana, parada delante de la ventana, observando al vagabundo que dormía en la acera de enfrente.
Una noche, después de que Memo se quedara dormido frente al televisor, Betty se encontró sola en la casa. Recordó que Duque, el enorme perro guardián, estaba afuera en su jaula. Una idea traviesa cruzó por su mente.
No sé qué me pasó, estaba totalmente entregada a él, pero como dije que no diría no a nada, finalmente me metió su dedo en mi culo. Primero sentí dolor y molestia, se sentía muy raro, pero después empecé a excitarme con ese jueguito que me estaba proponiendo.
Este capítulo, tampoco forma parte de la primera versión que publicó Pedro casi en su totalidad hace ya algunos años, en este segundo capítulo nuevo, suceden cosas que en mi vida había pensado podría vivir, pero eso se lo dejamos a la narrativa que continua….
Memo caminaba cansado por la calle, la espalda curvada por la jornada laboral que se alargaba cada vez más. El sol se escondía detrás de los edificios, dibujando sombras que se movían con la vida de la gente que se apresuraba a sus casas.
Betty se despertó con la alarma de su despertador, una melodía estridente que interrumpió el silencio de la noche. Memo, su marido, dormía a su lado, ladeando la cara en la almohada, sin inmutarse.
Guadalupe estaba disfrutando de un baño relajante después de un largo día cuidando de su hija de 2 años, Rogy. No esperaba la sorpresa que estaba a punto de recibir.
Basada en hechos reales: Dos amigas de toda la vida —una con esposo e hijos, la otra en pareja— viajan a Roma, pero bajo la fachada del turismo y la amistad, laten pulsiones reprimidas. En una noche salvaje, el deseo tomará la palabra.
...tardó casi un año para convencerme de dejarme coger, yo ya no era virgen desde los 14 años cuando me enamore de un chico mayor que fue quien me estreno sexualmente pero después de obtener mi virginidad me cambio por otra chica a quien todos conocían por ser “una puta “ en fin…