El esposo cumple su palabra y vuelve a la casa para darle a su esposa una monumental paliza, y sobre todo para follarla tan duro como a ambos les gusta.
Relación volcánica donde un joven marido tiene que atar corto a la potrilla de su esposa, a base de disciplina, como no podía ser de otra manera. Cada azotaina es mano de santo para ambos miembros del matrimonio.
Sigo mi relación de marido de mi emputecida madre, ella me complace en todo , me mantiene. Me da lo que quiero , esto pasó cuando su sobrina de 12 años se quedó en casa.
Un día llegando del trabajo estaba una amiga de ella, me pareció extraño por qué las ví muy serias y normalmente no son así, ese día en la noche me confesó que había estado con ella, me sorprendió que casi sentí celos pero me calme la escuché y tuve una erección solo de imaginármelas.
¿Usted quiere follarme? - Eres una mujer hermosa Estela, cualquier hombre desearía hacerlo contigo. Sentir los pechos de esa chica apoyados en su torso lo estaban excitando mucho, pero nunca haría nada que pudiera hacerla sentir mal.
El hombre me cargó y me dio la vuelta empezando a chupar mi sexo, yo loca me tiré a por su polla. La metí en mi boca y pude sentir que era muy gorda y muy larga. Una lengua en mi coño y otra en mi culo, me hicieron correrme tres veces más antes de darme nuevamente la vuelta.
Se puso de rodillas y se metió mi polla en la boca, y cierto, no sabía, así que fui diciéndole que hacer, por lo menos hasta que me la pusiera dura.
Y lo estaba consiguiendo cuando vimos aparece a Jara, con la comida… Así terminó el último capítulo…
He notado que son varios los nombres de las protagonistas que se repiten, algo que me llamó la atención y no es que tengamos poca imaginación, sino que es quizá una casualidad ¿o causalidad? En mi caso Silvia es ese factor común.
La comencé a chupar, atraída, por un sabor especial, mezcla de su esperma con mis flujos, llevándola hasta lo más profundo de mi cavidad bucal, sintiendo cada tanto regar mí interior. No dejaba de explicarme cómo podía llegar a semejante extremo, pero me era imposible dejar.
-Susana. -Agggggg sigue perrita, sigue, ufffffff, que bien lo haces, ¿eh?, se nota que no es tu primera vez agggggg me corroooo.
Me puse detrás de ella y… Así terminó el capítulo anterior…
La dependienta me indico donde estaba el baño, como pude me lave un poco, sin levantar la cabeza, le pague, y sin decir adiós, salí de la tienda corriendo y procurando no pasar junto a nadie, porque olía, ufffffffff, pero que mojada iba…. Así terminó el último capítulo…
Disciplina doméstica, hetero, oral, anal, fetichismo, zapatillazos y dominación. Todo en un mundo donde la mujer domina y disciplina a sus hombres para meterlos en cintura.
Sigue las andanzas de nuestro protagonista en un mundo donde manda la mujer, y las azotainas, la Dominación, y la Disciplina doméstica están a la orden del día.