Hacerse la ingenua, a veces, sirve para echar un buen polvo.
La hija seduce a su padre y la madre a su hijo.
Maira era una mujer muy religiosa, una beata, media santa para sus conocidos. Tenía 36 años, era morena, de estatura mediana y tenía buenas tetas y precioso culo.
Eva es una muchacha adelantada a su tiempo. Vive en una aldea y le gustan las chicas, pero se cruza su primo en el camino, y acaba comiendo las pollas a pares.