Me levanté disimulando mi calentura y me dirigí al baño. Allí, en el interior de una bolsa de plástico en la papelera estaba su sostén. Lo volví a oler con deseo pero no me la meneé porque quería obtener algo más para mi próxima paja.
Yo también tengo que mear, dijo. Pasó por detrás mía hacia el Wáter, y al pasar me acarició el culo con una mano, luego se arrimó restregándome su paquete, mira cómo estoy de empalmado, me decía echando una mano a mi polla; quiero follarte hoy, estoy que reviento de ganas, me susurró al oído mientras me acariciaba los huevos y se restregaba por mi culo.
La mamaba como diosa, se trabaja mis jugos y la ponía resbalosa. Luego se paro en la cama y me puso su coño en la cara, era peludo, estaba mojado y le olía a pasión, empecé a chupárselo, a comérmelo como un helado, era la primera vez que me comía un coñito tan apetitoso.
Empezó a revolverse como un toro y a gritar como un poseso pero lo único que consiguió fue que le pusieran una mordaza en la boca y le ataran los pies y lo dejaran en el suelo a unos diez metros del camión.
La historia se desenvuelve en México, para ser exactos en la Ciudad de Querétaro, me hare llamar Sergio, en ese entonces tendría 29 años, me considero una persona atractiva, mido 1:80 mts, soy moreno claro, mi cuerpo es atlético (pues practico demasiado deporte), mi hermano también es bien parecido lo hare llamar francisco y a mi cuñada la hare llamar Mónica (obviamente los nombres los cambio para cuidar cierta privacidad)
Ese día como me castigaron sin carro pues me vi forzada a utilizar el metro, cosa que después agradecería a mi suerte, salimos de la escuela y abordamos el metro en la terminal taxqueña, nuestro viaje será de toda la línea algo así como 40 minutos, y como es costumbre a esa hora no alcanzamos lugar Kiara y yo, así que permaneceríamos de pie hasta llegar a la terminal de cuatro caminos.
Yo estaba revolcándome en las sabanas, entonces él me dijo: " tienes que estar quietecita, amor" .Traté de tranquilizarme y dejar de gemir, mordiéndome los labios. "¿¿Te gusta??" Me preguntaba. Yo solo asentía moviendo la cabeza. " Sabía que eras una putita. Esto te va a gustar más..."
Como en un breve descanso de este primer impacto, el tío encendió nuevamente la televisión y coloco una película porno, que empezamos a observar, el ver vergas que entraban y salían de coños, nalgas y bocas, realmente me puso pendeja, ya que al mismo tiempo nos acariciamos, sin decir palabra, a la vista siguió la acción, otra vez introduje en mi boca la verga de el tío y le dije,
Aquel día de verano, mi primo estaba de vacaciones y se había venido a pasarlas con nosotros, él se llama David tiene 13 años y es un chico bien guapo (incluso actúa de modelo de bañadores de su edad para algunas marcas) rubio ojos azules, el cabrón liga la ostia, estábamos echando unas canastas cuando mi madre vino para decirnos que se iba a la ciudad a hacer unas compras y que se llevaba al chofer así que nos tendríamos que que dar en casa todo el día.
La hermana y novia de Burbuja Bombón, decide ver que pasa en la casa de la nueva vecina, cula seria su sorpres al encontrar, que su novia tuvo sexo con otra.
No te escribí más y con la mano libre me agarre el clítoris y con dos dedos comencé a frotármelo duro y a pasarle la uña por dentro, donde es mas sensible.... quería que me doliera todo como me dolía el culo.
Mis comienzos en el sexo fueron a finales del año 1998 cuando recién había cumplido mis quince años, yo tenia cerca de un año de masturbarme y de tener una gran curiosidad por el sexo, pero no fue sino hasta septiembre del 98 cuando en una reunión familiar, mi primo y su hermana se encargaron de abrirme los ojos y las piernas al sexo.
Nos acomodamos en el dormitorio, era bastante amplio y cómodo, ella me guío a la cama mientras Chelo ponía una película y luego se acomodo en la cama. Roxana quedo en medio de los dos. Brindamos de nuevo y nos dispusimos a ver el vídeo porno.
Mientras se movía lo que permitía la incomodidad de la situación, no paraba de gimotear porque entre la excitación y el dolor de estar siendo penetrada por el culo, seguramente prefería ser penetrada más tradicionalmente, así que me retiré y me fui a los lavabos a lavármela.
Carlos le había comprado una lencería muy especial, totalmente sensual. Era un conjunto Burdeos medio transparente, con bordados, sujetador, braguitas tanga y liguero. Encima, una blusa negra de gasa totalmente transparente.
Su vagina húmeda y caliente latía solicitando ser penetrada cosa que él hacia con su dedo medio y que ella acompañaba con movimientos de su pelvis. Esa química inexplicable y maravillosa que es el cuerpo humano, se iba de su control.
Hace rato que teníamos ganas de que vuelvas a tener algo con nosotras, pero no queríamos volver a meter la pata y tirar a la mierda tu amistad. Hoy nos agarraste descuidadas y sin bombacha y además ya era tarde y no te esperábamos, cuando llegaste pensamos que nos cagaste la tarde y nos íbamos a quedar con las ganas...
Luego me jalo hacia ella y me dio un largo y apasionado beso. Colocando después su coño en mi boca, poniendo en práctica otra vez lo aprendido. En ese momento siento que succionaba mi miembro, este no tardo en empalmarse otra vez.
En el colegio algunos compañeros me contaban las guarradas sexuales que habían visto hacer a sus padres y hermanos, o algunos de ellos, muy fanfarrones para su edad, presumían de que varias chicas del pueblo se las habían mamado y a otras hasta "pasado por la piedra".
No podía parar, aquella tarde estaba para grandes cosas, entraba y salía de ella a piachere, ella entregaba todo, ya no daba más, yo lo quería todo, seguí y seguí ella pidió tregua me pedía que parara yo le daba con todo, hasta que sentí como si se desvanecía, me asusté, ella era la cuarta vez que acababa me confesó.
Después de acostar a los niños, nos pusimos a ver la tele. Hacía calor. Ella se cambió de ropa y se puso un vestido que le llegaba a la rodilla, pero con bastante vuelo, y que remarcaba sus tetazas. La película era bastante fuerte. Yo estaba tumbado en el sofá y comencé a empalmarme. En otra ocasión me habría importado, pero hoy, después de lo pasado, me importaba todo un carajo.
En una de las ocasiones en las que fui al aseo, entró Marcos, y después de magrearme el culo, me dijo que esa noche no me fuera que íbamos tener fiesta. Ya había avisado al viejo Venancio y que este estaba de acuerdo.
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