El asalto
Cuando Guille terminó su tarea el asaltante ya tenía la pija nuevamente lista para la batalla. Le palmeó la cabeza y lo felicitó. Lo hiciste muy bien, te vamos a invitar a la fiesta, ponete en cuatro patas en el piso, le dijo y me ordenó que le chupara el culo, cosa que rehusé tanto como pude.