Había dejado de llorar, y su respiración comenzó a hacerse más agitada aún de lo que ya estaba, alcancé a escuchar un leve gemido, que pronto aumentó de volumen, al tiempo que ella agarraba mi cabeza y la presionaba fuertemente contra su sexo.
Lo solté por un segundo para menearlo y él saltó sobre el mío intentando metérselo todo en la boca como yo había hecho con el suyo, pero no podía, y así empecé a sentir que se corría en mi mano derecha mientras chupaba la base de mi pene.
Comenzamos con nuestra planeada parranda en el "Tuli" en donde escuchamos música y bebemos tequila, ahí ella se empezó a poner cachonda y daba unos besos largos y apasionados, con decirles que hasta los músicos del bar nos mandaban saludos como la pareja romántica de la noche.
No se como pero de repente me encontré con una de aquellas enormes pollas dentro de mi boca, entrando y saliendo, estaba excitadísimo, ellas se dieron cuenta de ello, y me preguntaron es tu primera vez, les dije que si, bueno pues no te preocupes demasiado y déjanos hacer a nosotras, aquella polla que entraba y salia de mi boca estaba a punto de estallar
Ese domingo salimos hacia Mar del Plata, la primer sorpresa fue que me pasaron a buscar a casa mis tíos y mi primo, yo creía que íbamos a ir solos, como mis padres, mi tía se quedo en su casa puesto que ella rendía una tesis, la sonrisa irónica de mi tío me preocupo.
Tenía al Dios falo delante de mí y sin más dilación deslicé mi lengua por todo su glande. De repente se puso duro, muy duro, y la flacidez musculosa de ese cuerpo poderoso se tornó en rigidez y tórrida tensión. Me puso a 1.000.
Una chica ardiente se vuelve loca por otra de grandes tetas y dan rienda suelta a su pasión en los vestuarios de la piscina Mi nombre es Joanna y vivo en un pequeño pueblo cerca de Tarragona, la historia que os voy a contar fue muy importante para mi, me ha costado un gran trabajo …
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Entonces metí el dedo anular en mi boca y embadurnándolo de saliva se lo metí en el ano sin demasiado problema mientras con mi otra mano seguía masturbando aquella mi primera polla.
Cuando ya mi pene se perdía en su ano, empecé a bombearla, ella gritaba como una loca, yo cada vez lo hacia mas fuerte y ella me decía que más, y yo ya no podía, mis huevos chocaban con sus glúteos dos veces cada segundo.
Al volverme hacia la puerta, descubrí a mi hermano, mirándonos con desparpajo y observando detenidamente al profesor; éste, al ver a mi hermano, se puso pálido y forcejeó un poco, para soltarse.
Le cogí de la cabeza y le introduje mi polla hasta la garganta. El cabrón no dejaba de agarrar mis huevos y penetrar mi ano con sus dedos mientras agitaba su culo sobre el vibrador.
Los últimos chorros quedaron en la cabeza de mi pija, tome un poco entre los dedos y automáticamente me puse a observar su textura, consistencia, olor, todo, realmente me sentía orgulloso de esa néctar blanco, me di cuenta porque le decían leche, me di cuenta de lo feliz que era.
Una vez que Juan terminó de recibir la mejor mamada de su vida de mi adorable esposa, la ayudó a levantarse del piso y le dijo que fuera a lavarse, limpiarse los dientes y arreglar su maquillaje y le dio instrucciones de alcanzarnos en la recámara.
Empecé a mordisquearla y a chuparla con tanta pasión que estuvo a punto de correrse... pero no, la saqué rápìdamente y paré el movimienteo bruscamente agarrándolo fuerte por los cojones -aún no habia llegado el momento- .
Desde ahí se podía ver el interior de los salones a través de unas persianas que cubrían las ventanas. Probablemente fueron diseñadas para que los meseros y ayudantes de cocina pudieran ver cuando se requería de sus servicios sin tener que entrar a los salones.
Creía que la iba a follar por delante, por lo que cuando me chupé el dedo y se lo metí por el culo sin miramientos, dio un respingo y empezó a pedirme que no se lo metiera por ahí que la dolía mucho.
Mientras la mujer se metía mi pene en la boca ellos se desnudaron, el mas joven tendría un pene de unos 25 ctms, y el otro no era mucho menor pero más grueso, mientras la mujer me la chupaba, los tres hombres empezaron a hablar entre ellos sin que yo pudiera oírlos.
Unas vacaciones en la montaña que sirven de excusa para algunas aventuras sexuales de este alocado matrimonio.
En eso que se despierta el morro y yo aferrada a su pene. me lo estaba devorando, y que se me queda viendo, el pobre estaba asustado, parecía un cachorrito asustado, yo me puse bien colorada, ja, ja ahí estaba yo a mis 20 años, chupándole la verga a mi hermanito de 15.
Siempre lo último que hacía era revisar las pantaletas de Linda, normalmente las que había usado ese día estaban en la parte superior del canasto de la ropa sucia, pero no esa noche, tuve que rebuscar en el canasto entre toda la ropa para encontrar a mediación la tanga negra que yo había visto que ella llevaba ese día.