Quería convertirse en una perfecta ninfómana, compró películas, vibradores, pero su cuerpo quería más. Se le ocurrió que su San Bernardo se podría convertir en su gran semental.
Corcho es un perro mestizo, su madre era mastín y su padre un perro de la calle, él es un can enorme parado en sus dos patas es más alto que yo, y mi estatura es de 1,70 m.
No es mi costumbre masturbarme, pero creí que no sería capaz de salir a la calle con esos pezones duros como piedras y con el flujo chorreándome por la entrepierna, por lo que me masturbé.
No podía quedarme viendo como una tarada como los perros cogían, seguí al supermercado y cuando regreso, me encuentro que los perros que antes estaban cogiendo, se quedaron pegados culo con culo.
Así que allí estaba yo, con mis 15 años, un impresionante bagaje teórico y poca práctica; un par de revistas porno que eran difíciles de conseguir y una en especial que había visto -cuyas fotos encuentro ahora dando vueltas en la Internet- en la que un negro y una mujer lo hacen con un ovejero alemán.
Se encontraba sola y decidió alquilar unas películas porno, muy perversas. Se excitó muchísimo pensando en su caballito y sin dudarlo se dirigió al cobertizo con las más libidinosas intenciones.
La aventura surgió a los seis meses más o menos de estar aquí. Como podrán comprender, seis meses sin un hombre puede enloquecer a cualquier mujer joven y atractiva como yo.
Un muchacho acostumbra a pasear por su perro. Concibe la idea de tener sexo con él, lo que le proporciona fastuosos orgasmos, pero un día es sorprendido por un hombre que no duda en utilizarlo para su placer.
Una muchachita va de vacaciones a la hacienda de su tío que le tiene preparado un soberbio caballo. La chica se queda encandilada con el pene del caballo y una noche en que baja a mamárselo tiene que hacerle el mismo servicio a su tío.
La continuación de una historia donde el protagonista aprovecha los servicios que su perra le presta a él y a su hermana para trazar un plan que le permitirá tener relaciones sexuales por primera vez con ella.
¡Agararrate nena, vamos a cabalgar!, gritó Roberto, apenas un segundo antes de comenzar una loca carrera montados en Cisko, un hermoso alazánn de enorme alzada codiciado por varios estancieros de la zona por su asombrosa capacidad reproductiva.
Maty, una chica que adora a su burro, mientras le cepilla y asea, comienza a percibir olores que la excitan y la llevan a la curiosidad.....terminando en un encuentro zoofilico, mientras èsto sucede un vecino les observa....y se unira a Maty....por primera vez, se sentirá mujer, siendo desvirgada e invitará a su vecino a un trio....el burro , ella..èl.
Dos parejas, entre las que se encuentran prima y primo, están muy excitados en un establo, haciendo el amor. Una cosa lleva a la siguiente y, además de hacer intercambio de parejas, terminan por hacer que el caballo penetre a una de las chicas.
La relación entre la pareja se va haciendo más monótona cada día. En unas vacaciones, por sorpresa, sorprendemos a Alicia ensartada por un perro labrador, el espectáculo es de primerísima calidad.