Síguenos ahora en Telegram! y también en Twitter!

Kaiser, el perro doberman

Kaiser, el perro doberman

Mi nombre es Soraida, soy mexicana tengo 24 años, físicamente puedo decirles que soy muy atractiva y me ha costado trabajo ya que desde los 17 años practico aerobics y acudo al gimnasio a menudo, nací en México D.F. pero por motivos personales tuve que mudarme a vivir sola a Cancún, bueno mi historia sucedió cuando tenía 21 años, resulta que viajé de Cancún a México D. F.

durante mis vacaciones para pasar unos días con mis papás y mi familia, pues a los 4 días que llegué a casa me encargue de contactar a viejos amigos y amigas de la preparatoria que tenía mucho de no ver, total que quedamos en ir de fin de semana a casa de David, uno de mis amigos de la prepa, en Cuernavaca, así pues nos fuimos 3 hombres y 5 mujeres a divertirnos y recordar buenos momentos.

Desde el trayecto en la carretera comenzamos a beber, llevábamos tequila, whisky, cervezas y ron, así que pues nos esperaba un fin de semana muy alcohólico, como en nuestros viejos tiempos.

Al llegar a la casa, David se encargó de guardar a Kaiser el perro doberman de Don Pedro que era quien cuidaba la casa y que estos días había salido de viaja a visitar a su hija, repartimos las habitaciones quedamos David, Héctor y Luis en una, Brenda, Arhely y Claudia en otra y Judith y yo en la última, una vez habiéndonos instalado continuamos bebiendo y contando que nos había sucedido en la vida…..

Pues con el paso de las horas y alcohol comenzó a subir de tono la plática al grado que tanto Héctor, Brenda, Arhely y Judith confesaron hacer uso de cocaína, ya en confianza comenzaron a consumir coca, yo no sabía que hacer de modo que mis amigos me convencieron de consumirla por primera vez en mi vida, así lo hice y la situación se puso mejor….aproximadamente a las 3 AM sólo quedábamos despiertos David, Brenda, Arhely, Judith y yo, decidimos irnos a nadar a la alberca de la casa así que nos quitamos la ropa y nos metimos sólo con ropa interior, el agua estaba helada así que nos salimos, mientras me secaba pude ver como tanto Brenda y Arhely estaban besando y tocando a David me hice la que no vi nada y se fueron a uno de los cuartos….nos quedamos solas bebiendo Judith y yo, aproximadamente a las 4 AM mi amiga se quedó dormida perdidamente en el sillón, yo me salí al jardín a tomar un poco de aire, me acerqué a la alberca me senté en la orilla con los pies dentro jugueteando con el agua, en ese instante me comencé a sentir un poco mareada todo me daba vueltas a mi alrededor, intenté regresar al interior de la casa pero no pude, el mareo era enorme tal vez debido al alcohol y la cocaína que había ingerido, lo máximo que pude moverme fue llegar arrastrándome hasta una de sillas de reposo que había alrededor de la alberca, por más que intenté no pude sentarme en ella lo más que pude fue quedar recargada en ella en posición de 4 patas, dándole todo el panorama en que estuviera atrás de mí, permanecí así por no sé cuánto tiempo, sólo recuerdo que me sentía muy mareada cuando escuche algo extraño justo detrás de mí….era Kaiser el perro doberman de la casa, el que supuestamente David había encerrado pero que al parecer había encontrado la forma de salir de su encierro, entonces Kaiser comenzó a olerme no se que tenía yo pero estaba como inquieto, tal vez porque en esos días debía de menstruar, entonces el perro se me trepó en la cadera dando tironazos, yo no podía hacer nada o no quería hacer nada ya que lo que había consumido me había puesto en un estado extraño, como de ansiedad, entonces en unas de las tiradas del perro, se bajó de mí y en ese momento su pata delantera se había atorado en mi panti y cuando bajó….

Me lo quitó por completo, y se montó otra vez en mí, pero no conseguía el tino necesario, entonces me moví un poquito para intentar levantarme y quitar al perro de mis nalgas, pero no pude, lo único que pasó fue que empeoré la situación, el perro se tiró hacia delante con fuerza y me lo metió, en ese instante el efecto del alcohol y de la coca se me bajaron, me penetró tan violentamente, que fue imposible no gritar: ¡Ayyyyyyyyy, ayyyyyyyyy, ayyyyyyyyy! grité casi llorando. El dolor era muy fuerte, pero poco a poco, ese dolor pasó a ser agradable placer sexual.

Gozaba como una perra, sintiendo cada centímetro del pene de Kaiser.

Su pene deslizándose en mi vagina, mis jugos y los jugos del perro se mezclaban como fluidos para lubricar la penetración, sentí líquidos correr por dentro de mis muslos, agaché mi cabeza y me asusto: era sangre de mi menstruación, traté de quitármelo de encima pero era imposible ya que ahora no era el mareo lo que me lo impedía sino la posición del perro sobre mí.

El animal aumentó aún más sus embates, tratando de meter toda su pene dentro de su mujer-perra, empujó y empujó, y sentí que tenía a todo el perro dentro de mi.

De pronto aceleró a toda potencia sus movimientos, golpeando sus caderas contra mis nalgas metiendo todo su pene en lo profundo de mi ser.

Cuando menos esperé el perro alcanzó un orgasmo bestial, al momento que yo también acababa, empujando mis nalgas contra su miembro, el perro estaba acabando dentro de mí, sentí el semen del perro, caliente y lechoso dentro de mi.

El perro jadeaba sobre mi espalda goteando saliva en ella, yo rendida de tamaña cogida que me dio con el perro encima mío, unidos por nuestros sexos, Kaiser trató de salir de mi pero no pudo: me había metido la bola que se le forma en la base del pene en lo profundo de mi, tiró y sentí que me dolía, palpé con mi mano para saber qué sucedía: los labios de mi lastimada y sanguinolienta vagina no permitía el paso de tremenda bola.

Este siguió unos minutos, con su pene incrustado en mi, vertiendo por lapsos semen de perro dentro de mi tratando de fertilizar a su perra, siguiendo sus instintos, tratando de perpetuar su especie en la primera hembra que se le ofreciera.

Como a los 5 minutos, Kaiser se bajó de mí, y cruzando su pata trasera izquierda por sobre mis nalgas, quedamos culo con culo, unidos por su pene el cual podía sentir como palpitaba en mi interior, vertiendo en cada pulsación un chorro más de su semen.

Yo estaba preocupadísima de que alguien me fuese a ver…. imagínense lo que pasaría… una hembra humana, cogida y pegada a su perro, entregándose al sexo en la forma más primitiva y salvaje.

Traté de colaborar para salir de esa situación, tirando del perro queriendo que su descomunal bola traspasará mis labios vaginales, pero no se podía, estábamos bien enganchados.

No había remedio, había que esperar a que culminará, que todo el semen de sus testículos se derramarán dentro de mi vagina.

A los minutos pude sentir que su pene comenzaba a deshincharse paulatinamente, y su vertimiento de semen estaba terminando, el perro, comenzó a tirar, queriendo sacar su pene de mi interior, inmediatamente colaboré tirando en forma opuesta, y una sensación de vacío fue llegando a mi vagina, su pene se estaba deslizando en mi interior, y su bola pudo traspasar mis labios, nos habíamos desenganchado, inmediatamente intenté ponerme de pie y lo logré, un poco dolorida y mareada pero lo logré, me subí el panty y ví el pene de mi amante animal lucía monstruoso, grande, nervudo, goteando fluidos, los de él y los míos, los de su hembra de turno, ensuciando de semen y sangre el suelo, el perro se echó a mi lado, lamiendo su pene, acariciándolo con su lengua.

Yo entré a la casa buscando si alguien estuviera despierto para saber si pudo verme o no, pero nadie se encontraba de pie, me dormí en la sala con el semen del perro dentro de mi y con una sensación de placer que no pude olvidar…. actualmente tengo un perro pastor alemán aquí en Cancún, al cual llamé Kaiser en honor al doberman que me enseñó la zoofilia, y se ha convertido en mi mejor amigo……

¿Qué te ha parecido el relato?