Cuando llegue a la quinta de mis compañeros, todos estaban en traje de baño, me fui a cambiar y me uní a ellos en la pileta, me extrañaba como me miraban, cuando salimos después de secarme, sucedió lo que cambio mi vida.
De pronto comenzamos a latir juntos, de una manera casi salvaje, como si nuestras dos naturalezas se sumaran en un solo deseo y ella me mordió de una forma segura y definitiva y yo estallé dentro de ella deshaciéndome en un liquido interminable que se fue derramando a golpes haciéndome sentir sus paredes como lenguas ansiosas que me estrujaran.
Ella no es dada a probar nuevas experiencias, pero esta vez será distinto... no podrá resistir los impulsos sexuales que la provoca un hombre y se entregará a Él, mientras tanto su marido observa todo.
Aurelie, en cambio, gritaba de desesperación, al ser desposeída del conejo ingles, su único medio de entretenimiento. Gritaba "hijos de puta, que alguien se ocupe de mi!!", y cosas por el estilo. Trate de ayudarle con mi mano derecha mientras Jassica subía y bajaba frenéticamente sobre mi polla, de frente a mi y a Sara, cuya boca besaba de vez en cuando.
La esclava no dudo en hacer lo que se la había mandado y despojándose de su pobre túnica se trepo al lecho de sus amos. Por un momento Tut comparo el cuerpo grácil y oscuro de la etíope con la belleza rubia de Sue, cosa que lo excito más aún. -
La acaricié y ella se estremeció y acercando mi pene a su entrepierna comencé a juguetear pasándoselo por sus ingles y la cara interna de sus muslos fuertemente amarrados al poste.
Lo único que encontró su mano fue el tieso y goteante miembro de Rodrigo, aferrándose de él como si de ello dependiera su vida, se le notaba que se aproximaba al clímax, y en medio de la excitación busco llevarse ese pene a la boca, quedando los dos enlazados en un perfecto 69.
Es así como un día cuando daba algunas directivas, me di cuenta que de una de las residencias contiguas siempre salía a barrer la vereda una sirvienta, la cual se me quedaba mirando y cuando yo la miraba se sonreía y se daba la vuelta.
Acto seguido ella se ubicó en el sofá colocando su culo hacía afuera de manera que quedaba a una buena altura, mi verga que se había bajado un poco debido a la corrida anterior, inmediatamente tomo sus dimensiones y apunto directo a aquel culo que parecía llamarlo.
Yo no sabía que hacer, pero me envolvió con sus piernas, logrando que mi pecho quedara atrapado entre sus pechos artificiales que lo hacían mujer, y mi pija durísima sobre su pija enorme y más dura, que lo hacían más hombre que yo.