La madre empezó a disfrutar con la idea de que su hijo pensará en ella, y tenía mucho morbo sobre ese tema.
Cómo por lo reducido del sofá me resultaba imposible meter mi polla en su coño, me inclinó y separando sus piernas desde atrás empece a comerle el coño que se contraía y dilataba continuamente.
Su clítoris está erecto y resulta imposible pasarlo por alto, me entretengo con él, lo beso y succiono delicadamente, lo coloco entre mis labios y procedo a hacerle una paja con ellos, esto la lleva rápidamente a su orgasmo que la hace temblar de pies a cabeza, sus jugos me resbalan por la boca, mojando todo mi cuello y pecho.
Poesía erótica sobre las aventuras de Don Juan y Doña Ines.
Él me agarraba de la cintura y hacía que mi culo rebotara en su abdomen, yo me movía muy rápido. Me tocaba los pechos y besaba mi cuello.
Me moví en círculos, ya con más cuidado, y sus gritos de dolor se fueron transformando en jadeos de placer, así que comencé el mete saca, otra vez sin compasión ni reparos.
Le metí la mano por toda su raja y de pronto se dio la vuelta y me dijo que ahora por delante. seguí metiéndole dos dedos en su concha y cuando vi que ya estaba excitada me abalancé sobre su concha y empecé a chuparle con la lengua, la verdad es que tenia un sabor delicioso.
Esta historia comienza así soy Devora soy casada tengo dos niños y soy feliz el único problema es que me gusta chuparle el pico (el pene) al marido de la hermana de mi marido o sea mi cuñado.
Gema, se había recostado en la mesita del teléfono y mientras Curro con la verga bien embadurnada se le metía poco a poco por el culo, ella soltando pequeños gritos, se frotaba el clítoris y tenia dos dedos metidos en su vagina.
Era un sábado como cualquier otro, caluroso y solitario, mi novio estaba fuera de la ciudad y ya tenia 15 días fuera, me metí a bañar para quitarme la calentura, aproveche para rasurarme la vagina, estaba tersa y suave, la tengo larga y profunda, con labios vaginales cortos, en fin a los hombres generalmente les encanta.