Últimos todo relatos:

Buscando a Mónica II

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Con agilidad le saco el bikini y ahora tengo ante mi boca la suavidad infinita de su intimidad abierta para mi, mas suave aún al recorrerla con la aparente dureza de mi lengua, que separa con habilidad su pequeña selva oscura y se posesiona de sus labios perlados de gotas brillantes.

Cambio de planes

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Le apretaba tanto los maravillosos melones que pensé que se los iba a arrancar, pero a la chiquilla, entregada a su propio gozo y placer, no parecía importarle, así como tampoco se quejaba de los continuos mordiscos que yo veía que el Toro le daba a sus destacados pezones, de los cuales tiraba y pellizcaba yo cada vez que podía.

Mírame y no me toques III: Un abismo

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Lo poco que sabía era que en México no era permitido producir pornografía, sin embargo era obvio que el negocio en que Aura trabajaba al margen de leyes y permisos nacionales, la cajita decía "Para su venta exclusiva fuera de la República Mexicana".

Lucía, la chica del super

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La besé con mucha pasión, haciendo mía su boca. Luego le besé las tetas oprimiéndolas contra mi boca. Comencé a meter su pezón entre mis labios, a lamerlos, a enloquecerme con ellos. La agarraba de la cintura para que se mantuviera firme.

Adoración y sumisión total a una diosa II

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Detrás de mi cabeza está sentada mi Ama, de modo que me da a chupar sólo sus puntiagudos tacones. Disfruta haciéndome sufrir, ya que retira sus tacones en ocasiones, o bien me los acerca a la boca con la suficiente distancia para que no llegue a ellos mi lengua extendida, creciendo así mi ansiedad.

La liberación de Marta

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Los chicos quedaron en silencio, se estaban mirando con temor. Si bien hubo varios desacuerdos entre los padres últimamente, éste era peor. Juan Carlos se fue al dormitorio, agarró su valija, al llenó de cosas y fue hacia la puerta de casa.

Mi gran San Bernardo

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Lo acontecido sucedió en el chalet que tenemos en cerca de Alicante, mi padre siempre quiso tener un gran perro, le gustaban los San Bernardos, decidió comprar un cachorro para cuidar nuestro chalet ya que esta zona es una importante zona de robos constantes era una buena forma de tener nuestro chalet vigilado en invierno.

Crucero por el Adriático con mi mamá y mi tía

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Mis amigos me decían que a las mujeres les gusta mucho que las coman el coño y yo estaba dispuesto a pasar por todas las experiencias así que con un poco de reparo en principio acerque mi boca a su rajita, el olor que desprendía era afrodisíaco, sin pensarlo empecé a recorrer con mi lengua toda la rajita, por todos lados al encontrar el clítoris totalmente duro, lo cogí con mis labios y empecé a chuparlo, ella entonces empezó a temblar y a gemir muy fuerte y de su coño brotó un torrente de líquidos.

Aprender a recibir placer

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Los ojos cerrados no me impidieron presentir que su boca se acercaría y finalmente sentí su aliento tibio y su lengua que, de inmediato, como un resorte, me llevó a un clímax estremecedor.