Llegó la hora de dormir, y mi madre ni corta ni perezosa me dijo que como solo estaba su cama y la habitación de los muchachos que esa noche la pasaría con ella, y que al día siguiente arreglaríamos la otra habitación.
Más me demoré en sacarme la verga de la boca, cuando Manuel con gran celeridad sacó la correa de su pantalón, me cogió del pelo y me golpeó moderadamente con el cinturón en las nalgas. Yo gemí pero otro latigazo aún más fuerte cruzó por mis nalgas.
Un día, al exigirle que me dejara en paz, me respondió de manera impertinente, que me fuera preparando, pues le venía calentando desde hacía mucho tiempo y yo sabía que le calentaba, que ya se cobraría él la manera en que había estado jugando con él. Me dejó estupefacta.
Le dije que yo también, entonces como estaba un poco sudada por los ejercicios me tomo de la mano, fuimos al baño ella y yo nos empezamos a besar y nos desnudamos lentamente y nos bañamos fue una experiencia muy bonito.
Mira a mi no me apetece ir a tu habitación (ella intuía lo que pretendía yo) a lo que le conteste :bueno la verdad que me da igual yo me voy pero quizás se entere nada mas que la vea pues la verdad que no se merece que le pase eso.
Que me pasara un condón y ella me dijo no, que lo quería sentir natural, le dije abre bien las piernas y ella las abrió, me comencé a meter mi verga y sentía como ella me clavaba las unas en mi espalda y quería massssss así fue
Eh, dije al darme cuenta mientras giraba la cabeza para ver quien era. Calla, me dijo, mientras con una mano me tiraba de los pantalones y slip, hacia los tobillos.
El era casado... nos conocíamos desde la adolescencia... habían pasado mas de 25 años... El placer de ese encuentro con Antonio hizo reveer su vida... Lo mismo que Ernesto... lo mismo que Fernando... no podía creer que el sexo entre dos hombres fuera esto.
Antes que nada déjenme presentarme mi nombre es Lorenza soy una mujer de 40 años de buen cuerpo de 1.59 cms. de estatura, pues trato de cuidarme mucho me case a los 20 años a los 21 años nació un hijo el único, porque mi esposo tuvo problemas y no pudimos tener más hijos.
Porque en mi contrato de cornudo sumiso tengo prohibido que le bese o toque sus tetas sin pedirle permiso, porque dice que son el signo de omnipotencia sobre mí, por lo que siempre que aparece ante mi con sus tetas desnuda, me he de hincar de rodillas para rendirles pleitesía y devoción.