relatos eróticos pies

45 relatos

Maletas con sandalias sabor salado

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Cuando tenía aproximadamente 18 años la empleada doméstica de mi casa pidió repentinamente su renuncia, pero debido a que nuestra familia siempre la trató muy bien, ella se puso en la tarea de encontrar una sustituta para evitarnos la molestia de buscar y encontrarnos con una desconocida en casa.

Ginas del Salvador

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Esta es una clase de sandalia muy popular en los países tropicales, y son lucidas tanto por hombres como por mujeres. El materia es hule muy suave lo que hace que puedas masturbarte con ellas, su olor es penetrante parecido al de una pelota de basketball.

El maletero VI

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Las jornadas seguían igual, mi vida actual me encandilaba, y no podía existir otra forma de vida que me llenara más; mi ocupación principal, mi razón de existir era servir a aquella criatura tan maravillosa, ponerme a sus pies y volcar toda mi capacidad de trabajo, de sacrificio y de sumisión en aras de su capricho y su deseo.

Hombre femenino en Paris

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Me gusta mucho ver películas porno, de hombres obviamente, y tengo una colección de mas de 300 videos, desde las mas románticas y eróticas hasta las mas sucias y fetichistas.

Mi rector

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Después de mi primera experiencia con mi primo, quise tener algo con alguien mas experimentado; la primera persona que vino a mi mente fue el rector de mi colegio: Harold. Mi rector, era un hombre de 35 años, súper velludo, fornido pero retierno, era la persona ideal para que me enseñara a disfrutar mas de las mieles del sexo.

Las sandalias de trabajo de Lita I

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La primera vez que la vi, ella estaba entrando a la casa donde trabajaba, y pude ver aquellos fantásticos diminutos pies que lucían unas bellísimas sandalias rojas que se amoldaban perfectamente a la formas de sus graciosos pies.

Los pies de una mujer

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Había viajado hasta las islas para conocerlo en persona, mientras me arreglaba en el apartamento, recordaba varias conversaciones que habíamos tenido, casi siempre acabamos hablando de sexo, de nuestros gustos, fantasías…

Adorar los pies de la mujer

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Desde aquí os propongo un ejercicio bastante interesante para iniciar a vuestra pareja en las relaciones de dominación, ya que un masaje bien dado en los pies puede despertar la vocación de ama de vuestra mujer.

Mis experiencias con R II

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Muy poco a poco, primero le suplique que ya que no teníamos contacto sexual, a cambio, para calmarme me diese sus bragas usadas, dudó y finalmente fue al baño, vino con ellas y me las dio, acto seguido fui yo el que fue al baño, ya sabéis a que.

Carta al amante de mi mujer

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Luego bajaste a comerle el coño y yo molestaba en mi posición así que me levanté un rato al baño para disimular y dejaros vía libre. Volví y me senté a su lado mientras seguías lamiéndole el coño y ella arqueaba el cuerpo del gusto que le dabas.

Confesando mi intimidad

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Cuando digo mentalmente me refiero a que en algunas ocasiones me he masturbado imaginando que me encuentro en plena acción con un hombre, llegando a excitarme más cuando actúo de manera pasiva y sumisa, no es usual que lo haga, pero he llegado al punto en oportunidades de introducirme objetos por mi ano para hacer un poco más real la fantasía de turno.

Escuela de hogar feminista II

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Allí me encontraba yo, a cuatro patas, entregado completamente a esas tres mujeres, mi mujer y sus dos amigas. Ahora estaba a merced de Elena. Si bien mi aparato masculino me había dejado de servir, otro de mis pasadizos iba a ser poseído por uno de los tampones de Elena.

La piel es el órgano mas grande del cuerpo

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Ahora la situación era mas crítica. Sabia que ella era cómplice, pero mis manos no podían ir mas allá de donde estaban. Rocé nuevamente sus pies y ella me correspondió con los suyos. Iniciamos una apasionada caricia de pies debajo del agua mientras escuchábamos las odiseas del Olimpo.

El aroma de sus medias nylon

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Era recién miércoles y vestía un uniforme azul marino, blusa blanca chaqueta y falda hasta las rodillas, debajo unas medias nylon negras y zapatos azules de taco, era la primera vez que veía a mi tía como mujer desde que puede oler sus sandalias años atras.

Masajeando a Katty II

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Ella se levantó y yo me acosté boca arriba en la improvisada camilla. Ella se quitó el polo y sus senos, realmente soberbios, quedaron cubiertos por un sostén con encajes que realzaban su belleza; los pezones se apreciaban a través de la tela y amenazaban romperla.

Mi empleada colombiana, madura y caliente

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Hasta que a los quince dia la invite a quedarse a comer y ella aceptó, comimos y nos sentamos a tomar un trago, cuando ya estaba caliente le pedi si queria un masaje en sus pies, ella se rió y me dijo que le daba pena pues era mi empleada, pero insistí y se dejó.

La secretaria II

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Al llegar al sitio me ordenó que la acompañara y en la zapatería mando a la dependiente a buscar unas sandalias negras de tacón muy fino de unos 12 cms. de altura, al ver la sandalia comenzó una excitación indescriptible y ella me pregunto si me gustaban, a lo que respondí que me gustaban mucho.

Clases de inglés

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Comenzó a hablar en inglés y me señaló sus piernas. Yo estaba de rodillas parado frente a ella, con las bragas rojas puestas, sin saber que hacer hasta que Lady Marina me asió fuertemente del pelo y me introdujo la cara entre los muslos de Natalia.

Escuela de hogar feminista I

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La escuela estaba en un edificio a las afueras de la ciudad. Tenía aspecto colonial, y unos grandes jardines. En la entrada habían dos mujeres con ropa de montar y aspecto autoritario, nos hicieron pasar a una estancia en donde había un trono y una bella mujer que era la directora de la escuela, su nombre era Ama Patricia

Los pies de Carmen

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Fui a casa de una amigo ha hacer un trabajo, después de un rato planeando como hacerlo lo escribimos en el ordenador y lo fuimos a imprimir, pero nos dimos cuenta de que no había papel.

Los pies de Scully

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Tras varios minutos succionándola y saboreándola como si fuera un caramelo, de nuevo sus pies se hicieron cargo de la situación... siguió acariciándome con sus dedos... toda la saliva que había dejado en mi miembro hacía que estuviera más brillante y que sus pies se resbalaran y deslizaran a la perfección por mi pene. Era increíble, sus pies se manejaban con gran maestría, pero a la vez muy lentamente