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Las sandalias de trabajo de Lita I

Las sandalias de trabajo de Lita I

Las sandalias de trabajo Lita.. Yo crecí en un barrio de clase media en la ciudad de San Salvador, cuando yo tenia mas o menos 13 años, mis vecinos de la casa del frente, contrataron los servicios domésticos de una muchacha llamada Lita, quien venia de un pueblo muy lejano de El Salvador.

Ella era una mujer de piel blanca y de pequeña estatura, sus cabellos eran rubios, lasios y muy largos.

No tenia muy buena figura; mas bien estaba un poquito pasada de peso, pero esto hacia que sus pechos grandes y sus piernas cortas y anchas, llamaran mucho la atención de los hombres.

A mis trece años, yo ya era todo un conocedor experimentado en el fetichismo de los pies ya que comencé a hacer el amor con los morenos pies de mi empleada domestica, desde que tenia mas o menos 10 años. Entonces los primero que remarque en esta muchacha nueva en mi colonia, fueron sus extremadamente pequeños, blancos y gordos pies.

La primera vez que la vi, ella estaba entrando a la casa donde trabajaba, y pude ver aquellos fantásticos diminutos pies que lucían unas bellísimas sandalias rojas que se amoldaban perfectamente a la formas de sus graciosos pies.

Yo tenia siempre a la mano unos larga vistas, que utilizaba cada vez que veía desde mi ventana un par de pies que me llamaran la atención.

Evidentemente esta era la ocasión perfecta para hacer uso de ellos para ver todos los detalles de estos preciosos ejemplares de la naturaleza. Pero ella caminaba muy rápido y cuando enfoque hasta su puerta ya ella había entrado a la casa. A pesar que no puede verlos de cerca, me puse muy contento ya que sabia que se trataba de la nueva empleada de mis vecino y que estaría ahí durante mucho tiempo.

Me pase toda esa tarde esperando que saliera, y la espera bailó la pena, ya que como casi cuando me desidia a retirarme de la ventana, pude ver a sus pequeños pies que se asomaban por la puerta para salir.

Y en esta ocasión si pude capturarlos con mis binoculares, sus pies parecían dos tamalitos blancos, con los dedos casi redondos. Sus sandalias eran rojo intenso y dejaban ver mucho sus lindos pies, eran unas “thongs” o “ginas de dedo”, como les llaman en mi país, y una muy fina cuerda pasaba entre medio de sus increíbles dedos.

Además cabe mención al que el sonido que estas sandalias hacen cuando caminan es muy excitante, ya que su suela plástica es muy fina y al igual que el tacón que era hueco y en forma de “u”, además de esto, el sonido que hacían cuando hacían contacto con el pie, al caminar, era único. Yo conocía muy bien estas chancletas, ya que como dije ante, soy un aficionado a las sandalias, y estas en particular son las mas excitantes y bonitas que he visto, y me siento muy orgulloso de ellas ya que son hechas en mi país.

Lita, tenia sus uñas pintadas de color rojo y se comenzaban a despintar, esto le daba un toque muy particular a sus dedos que parecían necesitar mas atención y cuidado, y yo estaba dispuesto a consentirlos de ahora en adelante, en todos mis sueños.

Pero el momento de placer no duro mucho tiempo y rápidamente Lita se marcho dejando a cada paso una ráfaga de ilusiones e ideas en mi mente tierna de fetichista enjaulado. El día siguiente, después de llegar del colegio, me puse cerca de mi ventana para esperar los pies de Lita.

Como a los 15 minutos después, ella salió de la casa y en esta ocasión lucia un par de chancletas idénticas a las thongs del día anterior, a la excepción que estas eran de color rosa.

La verdad este color era mi favorito en estas sandalias, y nunca las había visto tan bien modeladas como este día por los pequeños sabandijas pies de Lita.

Yo me volví loco y mi excitación fue tal que a los pocos segundos de verla, mi pene se había inflado y se había puesto a temblar como queriendo expulsar todo lo que tenia en mis testículos. Lo mas curioso de esto es que Lita, tenia al menos 8 pares diferentes de sandalias y todas eran muy excitantes y de estilo thongs.

Algunas de ellas estaban muy usadas… otras eran de hule e incluso tenia unas de cuero color negro que se veía le molestaban un poco al caminar, pero a ella parecía no importarle y las lucia despiadadamente por la calle. Yo soñaba con el día en que pudiera tener contacto con una de esas sandalias y me las imaginaba que eran calientes y apestosas.

La verdad nunca supe porque tenia tantos pares! Los fines de semana salía con zapatos de tacón alto que por cierto se veían espectaculares. Pude contarle al menos 5 pares de zapatos a taco alto, y debí decir que todos eran preciosos. Un día, yo estaba sentado en la acera, cerca de mi casa, conversando con unos amigos, cuando dé repente Lita paso al lado y se detuvo a intercambiar palabras con uno de mis amigos.

Ese dia ella tenia puestas unas populares “suave chapina”, que venían de la hermana república de Guatemala. Eran de color verde y el olor del hule mezclado con el del pie de lita era tan fuerte que mis fosas nasales podían sentirlo.

Yo miraba de reojo hacia abajo, para ver de cerca sus pies, que eran aun mas coquetos de lo que yo me los había imaginado. Lita movía sus dedos como para afirmarlos aun mas a la “gina”, y se cada vez que sus deditos rascaban el hule de la plantilla de sus sandalias, el olor se intensificaba.

Creo que ella se percato que mis ojos estaban fijamente enfocados a sus gracioso pies y que mis fosas nasales se abrían y aspiraban la mas fuerte posible. Yo no puse atención a lo que ella platicaba con mi amigo, pero si pude memorizare la forma de sus atrevidos pies luciendo artísticamente sobre sus cómodas sandalias tropicales.

La planta de estas sandalias es blanca y la suela verde al igual que el cordón que atravesaba sus dedos.

En este caso debido a el peso del cuerpo de Lita y de lo mucho que esta había caminado con ellas, la huella de la planta del su pies se veía impresa en la chancla y había llegado hasta el color verde de la suela lo que hacia relucir aun mas los dedos y el arco de estos inquietos piececillos.

Esto no hizo mas que aumentar mi obsesión por los que hasta le fecha eran los pies y las sandalias que mas había deseado en toda mi vida.

Se hizo este sueño realidad?

Continúa la serie Las sandalias de trabajo de Lita II: Primer encuentro >>

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