Como siempre hago ejercicio tengo un cuerpo bastante firme y de buenas proporciones, muy blanca, de pelo y ojos color cafe claro, mi rostro es bastante atractivo y aunque soy muy bajita, apenas 1.51m, participe de muy chavita en concursos regionales de belleza y conseguir destacar en algunos.
Abrí uno de los cajones del archivo para buscar los papeles que necesitaba , el cajón se trabo y él acercándose desde atras pasó las manos hacia adelante y lo empujó, luego las apoyó en su cadera y me acerco hacia su cuerpo.
ohana metió dos dedos en la vagina de Sonia mientras que yo continuaba lamiéndome ese ano metí mi lengua lo mas adentro que pude y sentí un sabor amargo, así que solo me dedique a lamerlo por fuera, al ver que Sonia disfrutaba con los dedos de Johana, puse mi dedo índice sobre el anito de Sonia y presione para que este entrara
Poco a poco mi cuerpo se fue soltando hasta que estalló moviéndose desenfrenadamente mientras de mi boca salían lujuriosas palabras pidiendo más y más hasta que el desenfreno total me inundó con un violento y salvaje orgasmo.
Mi Liria había sido pasiva espectadora. Aunque se notaba exaltada por nuestro acto. Cuando vio emerger de mi concha la leche, me chupó y lamió. Con sus dedos aceitó con el cremoso néctar su máquina para probar su vigor. Apenas en cuclillas sobre la pija probó su ardiente cabeza, cerró los párpados para que la sensación se hiciera más profunda. Cuando comenzaron a estirase los labios íntimos suspiró con deleite. Tendida yo observaba.
Mi deseo sexual había hecho, a esas alturas, irrupción plenamente en mí, haciendo que mi pubis se levantara para buscar una todavía mayor penetración de la polla que horadaba mis entrañas, con movimientos lentos y profundos que se hicieron más rápidos al sentir mi pubis buscar una mayor penetración y oír que mis suspiros subían de volumen y mi cuerpo agitarse cada vez más intensamente.
La fricción de semejante pedazo en las paredes de mi vagina... forzada por mis rotaciones para apurar la penetración... queman por dentro la suave piel de mi sexo como el chorro de un lanzallamas.
De allí en más aumenté mi frecuencia de visitas a esa ciudad. Nos las ingeniamos para que se tomara algún día y me acompañara a otra ciudad. Total, nadie nos vería si ella no saldría del hotel. Así que yo trabajaba en la oficina y nos prodigábamos amor en las noches de diversas ciudades.
Esa noche Aurora entró a su recámara a dormir, se cambió de ropa y se acostó; de rato llegó su mamá y le pidió que durmiera con ella, contestando Aurora, que mañana porque estaba cómoda en su cama; la mamá se retiró cerrando la puerta.
Demostrando de esta curiosa forma que apenas había empezado a juguetear con mi espeso bosquecillo privado, deslizando su mano amorosamente entre mis rizos cuando sus dedos se introdujeron bajo el sujetador, adueñándose de mis sensibles pezones, obligándome a morderme los labios para que no oyeran desde el interior mis primeros suspiros de gozo.
Como estaba de rodillas entre las dos literas no podía oponerme de ninguna forma a la violenta penetración que me infligieron desde atrás, a traición. Aunque a esas alturas estaba ya bastante húmeda sentí un gran dolor mientras su larga espada rasgaba la frágil barrera de mi virginidad.
Aunque no lo he comentado hasta ahora, Sonia es una mujer espectacular, tiene unos pechos perfectos y grandes pero no exagerados, un vientre duro como la tabla de una mesa y un culo de chica de desplegable de Playboy.
Se quitó el sujetador para permitirme libertad de movimientos sobre sus pechos se los chupe los dos con deleite, despacito disfrutando de ellos como de dos frutas maduras, comencé mi descenso hacia su cueva del placer, baje por su tripita bronceada, y empecé a besarla las braguitas de su bikini
Tras breves momento me abrió la puerta Pepi, que tras verme, me echó los brazos al cuello y me estampo un beso a caballo entre los labios y la mejilla, detrás venía Nacho, que me dio un fuerte abrazo como si hiciera año que no me veía, y lo cierto es que hacía diez días que faltaba de la ciudad.
Una vida monótona de matrimonio y pocas intenciones de cambiar por parte de su pareja fuero los impulsores de esta aventura que vive nuestro protagonista.
La quise volver a poner a 4 patas pero estaba demasiado hecha polvo para ello así que me puse encima de su espalda mientras la clavaba por el coño...aquí tuvimos una corrida conjunta de impresión.
Fue maravilloso ver como después de este primer orgasmo mi cuerpo se relajó y empecé a sentir de verdad lo que estaba dentro de mí, empecé a saborear aquel pene en mi interior, no era nada conocido, era algo nuevo y casi maravilloso.
Unos segundos después, se separaron un poco de mi, haciéndome levantar del sofá, se desvistieron las dos en un santiamén, dejándome tiempo a que yo me desnudara por completo, y se pusieron delante de mi de rodillas, una a cada lado de mi pene, acariciando mis piernas, mis testículos, y mi verga, que hacia ya rato que estaba mostrándose en su mayor esplendor.
El muchacho se dejó hacer y la madre contenta se terminó de sacar el camisón de dormir que llevaba puesto y después de masajear un poquito la vergaza de su hijo, la beso la chupó y la puso tan dura que al hijo ya le estaba doliendo
Habremos estado en esa posición unos diez minutos, el muchacho le había vaciado su leche en la concha una vez, y sin sacarla seguía cogiéndola, pero yo me estaba reservando para el plato final.