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Está bien, pero sólo una vez…

La breve historia de mi aventura con Silvana, la mujer de mi padre. Se fueron dando las circunstancias hasta que tuvimos un fin de semana a puro sexo. Mi padre no la satisfacía y yo tuve la fortuna de estar en el lugar indicado, en el momento justo y con muchas muchas ganas de cogérmela.

La clienta morbosa

Al momento de estar allí dentro estábamos de nuevo besándonos y mordiéndonos nuestras lenguas y yo no pude evitar hacer algo con lo que había soñado tantas veces poner mis manos sobre aquellas dos nalgas que estaban esa noche bajo una faldita no demasiado corta pero bastante ancha sin dejar de besarnos mis manos entraron por debajo de su falda y se posaron de nuevo en su culo apretándola contra mí y haciéndola sentir mi paquete que se había puesto muy duro.

Ahora se lo que me gusta

Luis gritaba, jódelo, jódelo, fóllalo, dale por culo, y no tardé en sentir su polla empujando en mi ano, no podía, los nervios hacían que no permitiese abrirme bien, a pesar de que a estas alturas estaba doblado y apoyado en los barrotes para ofrecer mejor mi culo, estuvo dando con la polla hasta meter su enorme glande, aún así no entraba, yo no sabía que hacer, volvió a llenar todo de saliva, y a empujar y empujar, de pronto se abrio y materialmente se colo dentro, sentía más dolor que otra cosa, empezo a follarme, para atrás y para delante, y pasado unos segundos comencé a sentir placer, él más, de pronto note como me llenaba de semen

Lujuria prohibida

Como una zombi, en sostén y tanga entré al baño con su ropa. El estaba bajo la ducha, su verga erecta casi vertical, tremendamente larga y gruesa, y cuando me vio en la plenitud de mi belleza, semidesnuda, con mis tetas bien al frente, tembló: "Ven, mami, ayudame a jabonarme". Sin decir palabra me acerqué y el agua me mojó todo el cuerpo, pero no me importaba, comencé a jabonar sus partes mientras él acariciaba mis senos por sobre el sostén

No imaginé que mi alumno me gustara tanto

Noté de reojo que no había soltado su verga aún, normalmente nunca veo directamente a la entrepierna de mis alumnos cuando se rascan pero como Iván estaba mirando a su vaso, me dejé llevar por la curiosidad y vi su mano sujetando un bulto debajo del short. Nunca me había interesado verle la verga a un hombre, ya había visto algunas en mi vida pero nunca me había dado morbo. Maldito alcohol. Levanté mi vaso, aún me quedaba la misma cantidad de whiskey que le serví a mi alumno, decidido, tomé todo de un trago. Si iba a pasar algo, estaba decidido a echar la suerte a mi favor.

Descubrí a mi tío con su hija

La sala estaba vacía, seguí mi recorrido hasta la cocina y luego el patio trasero, nada, lo último eran las recámaras así que subí las escaleras con mucho cuidado, vi que la puerta del cuarto de mi prima estaba abierta pero no había nadie, solo me faltaba un cuarto y desde donde estaba se podía ver que la puerta estaba entrecerrada. Mi curiosidad hizo que abandonara mi sigilo y al llegar a la puerta pude ver a mi tío acostado en la cama y a su hija a un lado de él.

Le insinuó añadir un elemento más de disfrute y morbo a sus relaciones sexuales, quería hacer un trío, sería una forma más de disfrutar del sexo juntos, pero añadiendo un nuevo elemento en el juego

Yo en esos momentos era una hembra en celo, que sólo deseaba ser follada hasta no poder más, hasta que se calmara mi enorme excitación, que cada vez era mayor. La situación, el estar siendo follada por otro hombre delante de mi marido me daba un morbo increíble, y el recibir placer por todas las partes de mi cuerpo hacía que me sintiera en la gloria… Cuando Sergio por fin empezó a follarme y sentí su polla dentro de mí sentí una explosión de placer enorme.

Alfredo III

Los dos amigos acuden a una reunión de discapacitados en diverso grado. En ella nuestro protagonista tiene ocasión de mantener un miembro de hombre en su mano y excitarse muchísimo con ello, lo que hará las delicias de su compañero cuando se encuentran a solas.

Alfredo II

Nuestros amigos se consolidan como pareja sexual, con el morbo añadido de la discapacidad de uno de ellos. Y disfrutan sus encuentros y sus fines de semana juntos, en perfecta armonía sexual y de amistad.

Alfredo I

Un hombre conoce a otro que por su condición física debe llevar un aparato ortopédico en una de sus piernas. Tras bailar juntos van a su piso y allí se entregan al amor y al placer, con el morbo añadido de la prótesis.