Síguenos ahora en Telegram! y también en Twitter!

Me encanta humillar a mi marido

Me encanta humillar a mi marido

Mi mayor morbo es humillar a los hombres de mi familia y eso me llevó a otra experiencia, una de tantas.

Una tarde al volver de la calle me encontré a mi hijo con sus compañeros de clase cinco eran, todos de 16 o 17,como él.

Me encantan jovencitos y ya conociéndolos de antes,tenía dos fichados.

Y allí estaban.

¿Qué pasa chicos? – Saludé – Voy a cambiarme.

Si me cambié.

Como ya había hecho otras veces,me puse unos shorts cortísimos vaqueros que yo misma había recortado,y una blusa de seda azul algo transparente pero no demasiado, sin bragas ni sujetador.

Mis pezones se marcaban desafiantes y descarados bajo el suave tacto de la camiseta, bamboleándose mis enormes tetas de silicona dentro de ella.

Así salí. A los chicos se les iban los ojos,aunque no era la primera vez que me veían así, al igual que David, mi hijo, que tenía aceptado lo guarra que era su madre al igual que su padre,y por supuesto,todos sus amigos.

Muchas veces había tonteado con ellos sin éxito.

Veía el deseo en sus rostros juveniles, pero se cortaban o respetaban.

Respecto a él,nunca me preocupé de mi moralidad ante él ni su padre.

Como dije,me encanta humillar a los varones de mi familia.

Ese día lo hice de nuevo,yendo más lejos.

Viendo que ni así reaccionaban, me senté en las rodillas de Jaime,uno de mis dos anhelados jovencitos.

Me abrace a su cuello y le acerqué mis tetas a la cara.

-¿No te gusto,Jaime?-Pregunte sonriente y muy melosa.

-Ss…i ,si…claro – Tartamudeaba el pobre, mientras lo demás intentaban llevar como pudieran tan violenta situación ante David,que miraba la tele avergonzado.

Le pasé mis tetas por la cara, restregándoselas.Coloqué un botón en sus labios.

-Vamos,arráncalo con la boca,cariño.

El chico comenzó a mordisquearme las tetas sobre la blusa,muy tímidamente pero arrancándome mis primeros grititos.

Poco a poco fue cogiendo confianza,pasando de mi hijo y comenzando a sobármelaas a conciencia.,haciéndome suspirar de placer, pues soy hiper sensible en las tetas,más diría que en el coño.

Pronto comenzamos a morrearnos.Jaime evitaba mirar a David,que evitaba mirar nada. Desgio, mi otro anhelo,se colocó a nuestro lado en el sofá,aunque sin hacer nada.

Sabía que lo deseaba,pero se cortaba ante la situación.

Yo misma alargué el brazo hacia atrás para acariciar el paquete.

Comenzó a tocarme una teta.

Pronto todos los chicos se encontraban enzarzados conmigo,sobándome las tetas, comiéndomelas, morreándome.

Finalmente el espectáculo para Raúl fue lo bastante bochornoso para mirar indignado,con su madre con las tetas desnudas expuestas a las manos y bocas ansiosas de sus amigos,que habían decidido que valía más el cuerpo de su madre que el respeto hacia él,mientras uno por detrás del sofá comenzaba a sacar su polla.

Los chicos se quedaron cortados,y yo me enfureci por dentro.

-David cielo,¿no tienes nadie con quien catear esta tarde?

Se levantó lanzándonos a todos una mirada colérica, pero ninguno hizo ademán de seguirle.

Yo reí.

-Sabes que clase de madre tienes David,no deberías enfadarte.

Anda se bueno y vete a navegar un poco.

Al tiempo me metí la polla del amigo en la boca.

-No-Respondió con una cínica sonrisa – Si a ti te da igual ser tan…

-Puta.Tan puta.Me encanta.

-Bien,si a ti no te da vergüenza a mi menos – Terminó desafiante,sentándose.

-Bueno,por mi como si quieres hacerte una paja.

Me metí la polla de nuevo en la boca y comencé a mamar con ganas.EN un momento dado me levanté y quité los shorts.Me arrodillé ante Jaime y le saqué el cipote de su prisión.

-Sergio,metemela por el culo.

Desde detrás del brazo del sofá,el joven no se hizo rogar,ensartandome de un golpe.Aquellos críos habían perdido ya toda timidez.

-Id haciendoos los demás una paja mientras detrás del sillón.Tranquilos,luego os tocará a vosotros.

Comencé a mamar mirando a David,quedaba sentado en un sillón,a la derecha del sofá y enfrentado a una mesita que les servía a este,otro más y el sofá de centro, con cara de vicio que reflejaba el placer que sus amigos me estaban dando.

-¡Aaaahhh…como chupas amparo-

-Vaya culo tienes.No veas que madre más puta tienes david – Comentaban ya partícipes del morbo.

-Me parece que vamos a tener que venir más a tu casa .

El primero que se corrió fue jaime en mi culo.

-Estad listos-Dije a los demás-Cuando Sergio se corra estad preparados para hacerlo vosotros.

Cuando este llegó, saque su polla y dejé que se corriera en mi cara,manteniendo la mirada en la de mi hijo.

Restregué su semen por mi cara con su capullo,lamiéndolo,saboreándolo.

Cuando me cerciore que no quedaba una gota de yeta allí, cambié de postura, sentándome y recostando la cabeza sobra la parte de arriba del respaldo,quedando las pollas de los otros tres sobre mi cara.

-Ahora vosotros.

Se corrieron los tres a la vez más o menos,llenando mi cara de esperma delicioso.

Mi boca abierta ansiosa,no podía recogerlo todo.

Cuando terminaron,limpié sus capillos de restos de leche. Miré de nuevo a David.

Con los dedos recogía el semen de mi cara y lo lamía. Me miraba con desprecio. Se levantó.

-Que puta…eres.

De un salto me coloqué ante él cruzándole la cara con una sonora bofetada.

-¡Escucha bien lo que te digo,guapito¡

Puedo ser la mas puta de la ciudad,y puede que la gente me lo llame y que incluso me guste, pero tu eres mi hijo y no te lo consentiré.

Al menos con ese aire de desprecio ¿Entendido? Si no querías ver,no haberte quedado.

Te avisé que te fueras.

David agachó la mirada.

-Ahora vete a darte una vuelta por ahí y no molestes más.

Tu padre volverá en unas horas y quiero aprovechar el tiempo.

Bien,esto hasta ahora.

Pronto escribiré contando otras experiencias.

Comprendo que mucha gente me despreciará, pero confío en que ellos también comprenderán que a mi me trae sin cuidado.

Mi surtido de pollas es lo importante para mí, y ese no me falta.

Un comentario

¿Qué te ha parecido el relato?


Descubre más desde relatos.cam

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo