Nuevo La playa III Final

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Últimos relatos sexuales:

Tratando de aprobar biología

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Cuando yo me iba a mi casa ella se despidió muy calurosamente con un gran beso en mi boca y me dijo, ya tienes la mitad de tu calificación, te espero el sábado próximo, la verdad es que la semana fue algo larga para mi y todos los días pensaba en la imagen donde ella se comía toda mi vagina, de pensarlo me humedecía y no tenia otra que masturbarme, pero por fin llego el sábado y en la tarde me dirigí a su casa.

Mi complaciente amante, mi compañera de trabajo I

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Por fin llego la hora de salir, antes de recoger mi coche, me tomé unas cervezas mientras esperaba. A la hora señalada ya estaba yo con mi coche esperando en la puerta. Fue la primera en salir, no se si por las habladurías o porque tenia ganas de estar conmigo, el caso es que se montó en el coche y nos dirigimos a un pub de un amigo, un sitio tranquilo, con poca iluminación, música no muy alta..., en fin, ya sabéis.

Queda con su compañera de trabajo, para dibujar su precioso rostro al carboncillo, en el domicilio del matrimonio de ella

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Quería hacerle muchas cosas, pero sólo atinaba a penetrarla. Ella estaba ansiosa, y no hacía mas que mirar a la puerta cerrada. Alguien en algún momento podía entrar, y sorprendernos. Alicia tomó mi pene, lo acercó a su sexo, chorreante, y lo restregué a lo largo de la rajita, volviéndola loca de placer. Tuvo que contener un grito cuando de repente le clavé la polla hasta lo más profundo.

Alumna en práctica

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Esos senos se convirtieron en mi obsesión, elevándome a fantasías increíbles cuando me los imaginaba entre mis manos o besándolos. Usaba blusas ceñidas que los hacían lucir en todo su esplendor, orgullosa y consciente de la atracción que ejercían. Y día que pasaba me parecían más seductores, más tentadores. ¡Cómo los imaginé entre mis manos, recorriéndolos suavemente, sintiendo sus pezones endurecidos en el hueco de mis palmas!

Diario de vida VIII: Soledad 3

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El asunto es que quede bastante alegre con las copas y así nos fuimos al dormitorio, en un estado de euforia que presagiaba una noche de lujuria, ya que soledad bebió mucho mas que yo y se encontraba sumamente mareada y con deseos de soltar todo tipo de amarras morales para disfrutar plenamente de una noche como hacia mucho que no lo pasaba.

Ejercicios en el gimnasio y erección monumental

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El me agarró el pene y bajo su dirección, empujé hacia arriba y con alguna dificultad, poco a poco lo fui penetrando por el culo. El orificio de su ano estaba tan caliente y apretado, que casi me vengo con sólo sentirme adentro, pero logré controlarme. Nos quedamos quietos un momento y luego empezamos un movimiento de ir y venir, de sube y baja, de mete y saca, en tanto él se masturbaba con su propia mano.

Vida conyugal II

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Con la calma que proporciona las vacaciones, me tomé un café, me di otra ducha, y me vestí para salir a comprar y dar una vuelta. Estaba en la puerta de mi casa, cuando sonó el teléfono. Me di la vuelta y lo descolgué.

Marcela I

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Brotó en tal cantidad que pensé que me iba a atragantar. Lo mantuve en la boca, mientras ella continuaba bombeando cada vez con menos potencia. Unos momentos después dejé que esos fascinantes y calientes néctares goteasen desde mi boca y resbalasen por su polla. A medida que perdía consistencia, continué chupando su polla con su leche.

Anestesia

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Esta noche Juan ha puesto la droga en la bebida de Ana y esta la ha bebido, a los pocos minutos le comenta a Juan que le ha entrado mucho sueño de repente y que luego apague la tele que ella se va a dormir, al poco rato Ana duerme profundamente, Juan intenta despertarla para asegurarse de que está totalmente dormida, y en efecto está totalmente dormida.

Perfiles I

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Lo percibí en la mañana cuando nos despedimos. Su vestimenta , su forma de caminar , su mirada, sus labios, todo en ella me parecía sugerente y liberado. Casi no habíamos hablado y no se si era necesario porque toda nuestra conducta silenciosa era un lenguaje de signos evidentes que solamente las dos entendíamos sin hablarnos y sobre todo lo que nuestros ojos reflejaron , al bajar ella de mi automóvil frente a la Universidad y decirme que al día siguiente tenia que marcharse.