Bueno un día en que yo estaba con mi madre solas en el departamento, le pedí que me contara ese secreto que me tenía con muchas dudas, y ella me contó, que lo que escondía es que ella y su cuñada habían tenido encuentros sexuales a escondidas y me invitó a participar, de lo cual acepté inmediatamente.
Una noche me tocó un reparto en una noche de tormenta por eso me jodió tanto tener que acudir a aquella casa pero esa fue una noche que nunca en la vida podré olvidar. Os cuento, era una noche bastante fea había muchos rayos, truenos, etc. me tocó un reparto en una calle que no conocía lo que me hizo tardar un poco más en mi entrega pero al fin llegué, miré el piso, 4º D.
Pasaron unos minutos, y ambos seguíamos en la misma posición, ambos simulando que estábamos meando. Nos mirábamos, pero ninguno se decidía a dar el paso, él me miraba a los ojos, como diciéndome ¿quieres esta verga? Claro que la quería.
El me dijo que él estaba solo, y que yo tendría que hacerle compañía. Yo le dije que era lógico que pensase así y que lo haría. Entonces empezó a sobarme, yo le dije que qué estaba haciendo, y él me dijo que yo era la mujer y el el hombre. Me dió muchisimo asco. Pero el me razonó la situación.
Se puede decir que soy una mujer viciosa, me encanta navegar por internet, ver todo ese mundo de posibilidades sexuales, tremendas pollas, orgías de ensueño y que hablar de los chats, aunque no muy asidua a ellos, tengo que reconocer que en alguna ocasión he podido contactar con varios hombres que me han dado todo lo que he necesitado.
Ese día estuve intranquila exageradamente, pasé a una tienda de lencería y me compre lo más erótico que encontré y llegué a mi casa ya tarde con la esperanza de que aquél hombre se apiadara de mí y pasará a cogerme como el día anterior.
Apuré la copa de vino y me dirigí a la habitación del fondo. En ella, Jaime tenía su refugio particular: estanterías repletas de libros, discos y videos, muchos de estos últimos realizados por él. En esa habitación, Jaime pasaba horas y horas. Leyendo, escuchando música, componiéndola, grabándola, viendo películas, realizando las suyas propias.
Yo por aquel entonces mantenía una relación de varios años ya con una chica, la cual iba a contraer matrimonio conmigo a los pocos meses. El, mi jefe, estaba casado y era padre de una niña, su matrimonio iba viento en popa, es más a veces su esposa venía a buscarlo al trabajo para comer e íbamos los tres juntos.
Empezamos por platicar cosas del pasado y del por que se había casado casi al terminar nuestra relación me comentó que era la única forma de que me alejara de ella, ya que ella tenia mucho miedo de lo que fuera a decir la familia.
Más hacia la tarde yo seguía avergonzado y metido en mi pieza sin mucho ánimo de salir, iba de vez en cuando a la cocina a buscar alguna que otra porquería para comer, tipo 6 de la tarde voy a buscar no sé qué cosa y me encuentro con mi hermana y las amigas; me puse a charlas con ellas de estupideces y Rebbe no dejaba de mirarme y de charlar cerca de mí.