Una pequeña lección práctica de placer. Era fácil que me pusiera en erección recordando la imagen de esa cría completamente desnuda, bañada en sollozos, tragando mi semen.
Nos acostamos en la cama y baje sus pantalones que traía la verdad es que tenia unas hermosas piernas, y no me espere mucho para bajar sus bragas dejándome ver a Ana en todo su esplendor estaba delicioso era bellísima ella también me quito la ropa rápidamente.
Ante mis ojos, Alejandra comenzó a desabrocharle los botones de una camisa negra y le dijo a Andrea, que se saque su pollera, ante mi quedo esta con un conjunto de encaje negro, las tetas de esta me parecieron formidables y me dieron ganas de bajarle el corpiño, pero decidí esperar.
Los ojos de Cuchillo miraban con expectación mientras el cuerpo de Carolina se iba descubriendo, primero sus largas y firmes piernas, después su rubio y frondoso vello púbico, de ahí apareció su glorioso ombligo y finalmente su grandes y maravillosas tetas.
El sábado a la tarde, la costumbre era ir de compras al Shopping, hacia una semana que no mantenían relaciones, ella le propuso, dejar a Esteban con la abuela e ir a revolcarse a Córdoba Capital, eso hicieron, ella estaba tensa , pero dejo que el avanzara, no fue un gran polvo, pero tampoco pudo decir que no sintió nada.
En sus ojos pude leer la lujuria pero no dije mas nada, de vez en cuando, en la cama desnudos (porque siempre hemos dormido completamente desnudos los dos) salía el tema de la pija de mi amigo y cuando empezábamos a coger y ella cerraba los ojos, me parecía que se hacia la fantasía de coger con él.
Le empecé a chupar la verga a Rubén con fuerza mientras con una mano lo masturbaba y comencé a mover mis caderas y a apretar la parte interior de mi chocho, rodeando con fuerza la verga de Rómulo.
Nos desnudamos, y yo empece ha acariciarme los muslos, suavemente, a acariciarme entre los pechos, ella, estaba sentada con las piernas abiertas, justo delante de mi, repitiendo lo que yo hacia, y esa visión, me excitaba por momentos.
Me empezó a lamer riquísimo, al tiempo que yo me tocaba mi clit y mojaba la silla con su saliva y mis jugos vaginales. Así estuvo un rato, creo que grité cuando me corrí por tercera vez -espero que nadie haya oído.
Marisa es la secretaria principal del director, la protagonista de esta historia , tan lejos de la tranquilidad de su trabajo, hoy tiene 26 años, su cuerpo , quizás un poco entrado en carnes, pueda inducir a decir que es gorda, les puedo asegurar, que sus carnes están firmes y esos senos , no estarán a la moda pero para esto del sexo, son espectaculares.