Ese día mi vecina Sandra me invito a su casa a las 10:00pm, a medio día me felicito y me dio mi regalo, una caja con una foto que me tomo con otra amiga y un consolador doble, al principio me sorprendí pero por la tarde me hablo para confirmar la cita, le dije que ahí estaría y me pidió ir sola y vestida muy sexy, yo acepte pidiéndole lo mismo.
Estaba bromeando con el ejercicio que estaba realizando y de pronto la toque la pierna, el rápidamente me quito la mano de su pierna y me dijo que si yo era marica que era lo que me pasaba, se la volví a tocar y se enfado mucho, lo dejamos hasta allí.
Acto seguido se colocó encima de ella deslizando fácilmente su miembro dentro de Karina y el cuerpo de la sirvienta comenzó a contorsionarse. Sorprendentemente la joven no dejó escapar ningún gemido, ya que estaba determinada a no regalarle por lo menos la satisfacción de verla llorar.
Como tenía que estar pasándoselo el viejo con esa ternura que tenía debajo. Pues bien parecía más bien al revés. Los movimientos del viejo enloquecían a la chica que no dejaba de aullar. Ya estaba atrapada. Intenté ayudarla metiéndole al viejo dos dedos en su culo. Entonces me señaló encima de una repisa donde había una prótesis, un consolador.
Cuando fui consciente de su situación ya era tarde , hizo que me echara sobre mi abuela que gemía como una loca, unto algo en mi culo y de un golpe seco, introdujo su polla en mi culo, yo chillé y un dolor enorme recorrió todo mi cuerpo.
Apoyó la mano sobre mis hombros, bajándola suavemente por mi espalda, hasta llegar a mi culo. Ahí la dejó y muy disimuladamente me acariciaba diciéndonos que pasáramos, y que nos sentáramos en el sofá que allí había.
Mi bella suegra es un cañón de mujer: sexy, atractiva, provocadora; 48 años, unas curvas peligrosas (gasta una talla 105 de pecho), rubia de labios carnosos y unas piernas de adolescente.
Estaba temerosa pero tan poco así nada quería ver hasta donde llegaba la audacia de mi tía Imelda para tocarme tan impunemente, me miro y sonrió nuevamente ahora paso su mano por detrás y rodeaba mis hombros al tomarme por el hombro contrario a ella, hizo que me acercara y con su otra mano, tomo nuevamente mi rodilla empezó a subir mi falda.
Mientras mamá bajaba a la cocina a preparar una estimulante bebida para apaciguar mi dolor yo me hacia a la idea de que tenia que contarle todo, era la única manera que yo tenía para sentirme aliviado, no pasaron muchos mitos hasta que mamá llego con las copas.
Cuando esta completamente desnuda, se recuesta sobre la cama boca arriba y se hace la dormida, yo me desnudo a velocidad supersónica y dudo un momento: en la cocina, a menos de 20 metros, se encuentran sus papas, mis papas, todos nuestros tíos y hasta los abuelos, pero solo dudo un segundo antes de comenzar a besarle los pechos, ella comienza a empujar mi cabeza hacia abajo, hasta llegar a la entrada de su vagina y enseguida comienzo a comérmela.