Abro mis ojos, por que no quiero dejar ese lindo sueño...y miro el cielo, esas estrellas tan inalcanzables en el firmamento y pienso....¡¡ Es posible que los dos , estemos cubiertos estando uno de el otro tan lejos...por este mismo cielo ¡¡ Que extraña la vida, tan lejos y es posible que miremos el mismo cielo, la misma estrella!!.
Siempre cortaba cuando la conversación se dirigía hacia el terreno de lo concreto, cuando me pedían una cita, el número de teléfono, la dirección de correo electrónico, pero segura de que había conseguido mi objetivo: convencer a mi interlocutor y, no sólo convencer, sino también asegurarme que excitaba su deseo, y eso tan sólo utilizando la palabra.
La conversación, como es obvio, se fue calentando, comenzaron a hablar de los chicos con los que habían estado y lo ingenuas que eran. Yo aprovechaba cualquier comentario para indagar mas y crear un estado de buen rollo y confianza.
Me invitó un trago y del servibar sacó una bebida que empecé a tomar. Empecé a relajarme un poco y a platicar, le dije que era soltero, que admiraba su show porque se convertían en verdaderas mujeres y podrían seducir a cualquier hombre, que le había tomado muchas fotos.
Ella me miraba con sus grandes ojos marrones y había en su semblante una sensación de felicidad, como si estuviera disfrutando de este acoplamiento, al cabo de unos minutos el perro negro se despegó de mi Kitty y pude observar un enorme pene rosado con venas moradas muy delgadas que goteaba y todavía palpitaba, tenía el grosor de una mandarina a la base y de ahí hacia la punta se adelgazaba:
Esa historia dio para que mi imaginación empezara su rápida marcha, y en unos minutos mi temperatura había subido vertiginosamente, de tal forma que me dirigí al cajón de la ropa interior de Manuel, saco unos calzones negros que el no se había llevado de viaje, y me dispongo a iniciar mi ritual masturbatorio, acostándome de nuevo sobre la cama, no sin antes revisar que la puerta de la recamara no estuviera abierta.
La tía Helena se había radicado en la capital desde hacía diez años y desde entontes que no la veía. La causa de su cambio de ciudad era que ella siempre había modelado y viajaba por dicho motivo a distintas partes del país, pero luego le ofrecieron un buen contrato en una conocida agencia de modelos de la capital, por lo cual tuvo que trasladarse definitivamente a ella.
Empezó a recibir llamadas y comenzó a quedar con desconocidos que esperaban de ella servicios que ya empezaba a prestar con naturalidad y, sobre todo, con mucho gusto. En pocos meses, sin habérselo planteado, se vio convertida en una prostituta de lujo.
El principal obstáculo para encularla eran sus jeans, los cuales estaban muy ceñidos al cuerpo, lo primero era desabotonarlos, al intentarlo podía sentir el calorcito de su piel contra mis dedos, ese maldito botón me dio mucho trabajo pero al fin pude sacarlo de su ojal, lentamente le fui bajando el cierre de su jean dejando al descubierto sus calzones de florcitas, le hale el elástico un poco hasta que pude ver el nacimiento de su dorada mata de pelos, le metí mi mano por allí y logre rozarle su coño pero no pude meterle mi dedo por que el Jean no me lo permitía.
Para que os quede más claro, estaba buscando desesperadamente una relación por internet, buscaba a alguna chica, no para practicar sexo con ella, buscaba a alguien que se sintiera como me sentía yo en aquel momento y con quien simplemente pudiera compartir una charla amistosa alrededor de un café.
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