Me pidió por favor que guardara sus fotos en mi habitación, por que su madre tenía una sospecha y cuando Natalia no estaba en la casa la madre le revisaba la habitación en busca de las fotos.
Poco a poco mediante contactos fueron llegando a ser amantes gracias a la mutua atracción que sentían
Me reí y le dije que no había problema que me mostrara, se empezó a quitar el vestido quedando solo en un sostén blanco semi trasparente que dejaba ver dos pezones puntiagudos, se acompañaba de una pataleta blanca igual semitransparente que dejaba ver unos mechones de vello.
Yo fui, en parte, la responsable de esa sabrosa venida, y es un honor verlo jadear rápidamente, verlo asearse, esta vez, con su lengua, lamiéndose su rojo pene por largo rato.
Pasaron así unos dos minutos, no decíamos palabra, la quité el sostén y la dejé sólo con las braguitas, la giré hacia mí y me abrazó, empezó a besarme en la boca, dulcemente, estábamos acariciándonos, me parecía mentira que eso volviera a estar pasando con mi hermanita, con mi Peque, empecé a bajar mi boca hacia su cuello, sus pechos, la besé por todas partes, la besé los pezones, se los lamía apasionadamente
Y empezó la escena: el tío empezó a despelotarla por los vaqueros y la descalzo y allí mismo empezó a chuparle los dedos de los pies mientras ella empezó riendo y poco a poco veía como le daba placer, yo en mi vida había visto eso.
Estire mi brazo y con habilidad busque en su interior el sobre que ahora parecía quemar en mi mente y en mi mano y que por vez primera iba a enfrentar allí en el interior de mi intimidad.
Empezó a masturbarme, yo sentía delicioso, de pronto, salió un chorro de espeso líquido blanco, de olor muy fuerte, como a cloro y me asusté, pero él, acercó su boca y tomó las gotas que quedaban, luego chupó lamiendo delicadamente lo que había sobre mi pecho y barbilla....
Metí como pude la mano por debajo de su estómago para alcanzar su clítoris y más acompasados seguimos con los nuestros hasta que por fin me corrí de nuevo.
Con la misma precipitación introduje mi pene en aquella chorreante cavidad y solo necesite unas breves sacudidas para conseguir alcanzar mi propio clímax y eyaculé profusamente terminando de inundar las entrañas de Elena antes de caer derrumbado sobre ella.