Ella se enfureció y trató de matar al gusano agarrándole la cabeza a mordiscos, de pronto ella hizo un sonido raro y dejó caer al enorme gusano, me imagino que la mordió, porque mientras ella lo agarraba con las dos manos, el novio sacaba de una caja un tubo de goma y se lo puso a la cabeza del gusano para que no mordiera a mi hermana
Que placer sentía de estar siendo culeada en un cine, pero no entendía como podía ser tan puta en haber aceptado tan rápido ceder ante un hombre casado, pero el orgasmo que empezaba a invadir mi cuerpo me hizo olvidar rápidamente esos pensamientos, y me dediqué a gozar con su verga.
Al cabo de un momento me volví a subir a su espalda y con la polla empecé a jugar en su culo, ella lo notaba y en un momento determinado me dijo que la penetrase cuando quisiera y como quisiera que era absolutamente mía y estaba a mi disposición..
Me tumbe sobre la cama bocarriba ella se coloco sobre mi encima mía pero con una pierna sobre el suelo, cogió mi pene con sus dedos y llevó hasta su vulva frotándolo contra ella yo le coloqué mis manos sobre su cintura y la obligue a que fuera bajando, hasta quedarse por completo penetrada.
Con él he descubierto como me gusta el sexo y he aprendido a decir lo que quiero y lo que me gusta, me encanta hacerlo con él y he descubierto lo salvajes que somos en la cama y lo que me encanta de sus embestidas.
Esa sensación de que pudieran sorprendernos en cualquier momento, parecía aumentar nuestro deseo y entonces nuestros besos se hacían más intensos y nuestras manos se hacían expertas encontrando entre los labios vaginales rincones más sensibles que recorríamos con prisa.
El solo hecho que lo hubiese planteado ocasionó en mi un estado evidente de excitación que no pude controlar, como si su pregunta obrara el milagro de traer a la realidad un encanto que hasta ahora habíamos mantenido en el secreto caliente de nuestro abrazo amoroso.
Ella adivinaba mis deseos y los cumplía, y antes de que pudiera reaccionar ya la sentía en mí, notaba su lengua moviéndose por todo mi sexo, explorándolo y recreándose en mis zonas más sensibles, conocía a la perfección donde darme placer y lo hacía.
Pasé por su brazo mis tetas y él se puso como una moto, la mano que tenía en su pierna fue deslizándose hasta su bulto... el me miro con cara de prohibición pero ya era demasiado tarde mi mano ya estaba acariciando su polla ya erecta desde hacía un rato.
Era la primera boca que bebía en el coño de esta diosa gitana y me empleé a fondo en que no lo olvidara en su vida, lamiendo primero lentamente, rozando el clítoris con los labios y dándole suaves chupaditas para acabar abriendo los labios del coño y comiendoselo a toda velocidad, sintiendo en mi barbilla como su coño se desbordaba con todos su juguitos.