Llenos de sudor nos metimos los tres en la ducha, allí comenzó otra vez todo nuestro juego de a tres, al chico le vinieron ganas de orinar, le tomé la pija con mis manos y dirigí su lluvia dorada sobre mi cuerpo, quedó enloquecido y ya sintiéndose en maestro me metió la verga en la boca y me hizo tragarle el último chorro de su acre y caliente líquido.
Luego de otras embestidas de sus dedos en mi cola su pene comenzó a entregar nuevamente enormes cantidades de semen en mi boca dejándome loco de placer.....aun con el ardor que sentía en mi hoyito....
Había un juego de Fútbol en el Estadio Azteca así que conforme pasaban las estaciones esto se ponía cada vez mas lleno, llego el momento de bajar del metro pero ooohhhh sorpresa había un mundo de gente para abordar un transporte llamado tren ligero, respire profundo y me dispuse a subirme al tren.
Julio cogió mi pija mientras me culeaba y comenzó a masturbarme, era delicioso, yo me estaba por venir cuando el me dijo que quería venirse dentro de mi culo, a lo que yo accedí de inmediato.
Se conocen en unas desagradables circunstancias, y no será una fácil relación.
Maica, se siente atraída por su profesora. Mercedes; la profesora se percata de ello y decide castigarla al finalizar la clase, y excitarla, para únicamente reprenderle por su actitud, pero ninguna de las dos imagina como acabara dicho castigo.
Ahora la más tierna de las tres hermanas estaba disfrutando de un doble desvirgamiento en toda regla: penetración vaginal, penetración anal, dos enormes falos largos y gruesos que entraban y salían de su carne sin parar.
Una vez dentro de la casa nos quitamos la ropa quedándonos completamente desnudos, ella decía el nombre de mi padre creo que se confundió por la borrachera que traía.
Como todas las noches en que nos reuníamos yo dejaba que mi madre me masajeara como es costumbre, el típico masaje de madre y que en este caso era como una recompensa por ver el noticiero que mi mama sabe que me desagrada al máximo.
Al ver que estábamos solos me recorrió un escalofrío por la espalda y decidí ir al servicio donde me quité el sujetador, con el fin de que se me marcaran los pechos bajo la blusa blanca, mis pezones estaban duros y se marcaban lo suficiente para que él pudiera apreciarlos.