Una noche estábamos los dos solos, mis padres estaban en una cena de negocios, y ella entro a bañarse. La situación de por si siempre me excitaba, mi hermana y yo solos en casa, y ella desnuda bañándose a pocos metros mío. Estaba por ir a mi cuarto para masturbarme, cuando se me ocurrió por fin espiarla para hacer real así mi fantasía de verla desnuda. Así lo hice. Espere a que dejara correr el agua en la ducha, sabía que le gustaba llenar la bañera con agua caliente para luego relajarse en ella.
Volví a cerrar los ojos, abandonándome a esa distancia sideral que todavía había entre tú y yo. Exhaustos los dos permanecimos así un buen rato, ella encima, apoyada y derrumbada, adquiriendo poco a poco la noción del tiempo y del espacio, y yo jadeante, flotando entre su cuerpo y tus fotos.
Quería convertirse en una perfecta ninfómana, compró películas, vibradores, pero su cuerpo quería más. Se le ocurrió que su San Bernardo se podría convertir en su gran semental.
Yo esperaba en la toalla haciéndome el dormido y viéndolo todo, ella salió del agua y la noté los pezones muy duros a través del bañador, se tumbó boca abajo y me habló pero no contesté haciéndome el dormido.
El día que nos fuimos ella llego al lugar adecuado y mi mirada quedo clavada en su figura cuando la vi, se veía sencillamente rica, con un pantalón ajustado y una pollerita corta, obviamente mis amigos quedaron embobados con ella y yo solo me imaginaba estando con ella.
Cuando mi palo estaba tieso, se recostó de espaldas y me indicó que se lo metiera por su rendija bastante peluda y muy reseca, tanto que hubo necesidad de utilizar una crema que ella tenía a un lado de la cama, para poder penetrarla.
Ambos nos empalmamos y su novia para comprobar si me había empalmado me tocó el paquete. En la siguiente yo perdí y me quite el bañador, estaba empalmado, mi polla era normal de unos 16cm pero era gordísima, Javier volvió a sacar la carta más alta y me impuso su penitencia, estar atado en una silla hasta que termine la noche, yo proteste pero todos aceptaron su penitencia.
Vivía sola con mis abuelos, pues seguía soltera, aunque nunca le faltaron pretendientes dispuestos a casarse con ella, pero mi tía resulto demasiado exigente con ellos y finalmente termino por desanimarlos uno tras otro. Por lo que supe, mi tía había tenido una desilusión amorosa con su primer pretendiente y eso la había marcado para siempre.
Yo no tengo ningún problema de que tus instintos y los míos se unan, me encanta el sexo, no te pasaré ninguna cuenta, si tus pensamientos de hacer algo conmigo, se hacen realidad.
Montsum había sido formada fundamentalmente, como esclava del placer y ahora iba a ser vendida en el mercado de esclavos.