Yo vivía en un departamento pequeño de tres recamaras con otro amigo igual de caliente que yo, esa vez mi compañero de cuarto se había ido a su natal Valles, y me dejo algunas cervezas en el refrigerador, como ese dia era sabado me dispuse a ver television un rato para luego esperar a que alguien pasara por mi para irnos a divertir, empecé por abrir una cerveza que me hizo relajarme bastante.
Esa noche cuando nos disponíamos a dormir el calor era sofocante y decide tomar una ducha antes de dormir mis dos compañeros y yo nos peleábamos por bañarnos primero así que les gane entre primero al baño me desnude y bajo el chorro de agua comencé a disfrutar del baño, mis dos compañeros no se resignaron así que entraron al baño sorpresivamente.
Como un viaje de trabajo termina en algo más divertido.
El primero de una serie de relatos sobre hechos verídicos, que han cambiado mi manera de entender el sexo.
Una mujer ve como se desboca su deseo y acaba en una vorágine de placer y emociones sin precedentes.
A veces los placeres han de llegar por sorpresa. Un policía aprende la lección por parte de un fuerte obrero.
Mi nombre es Daniela, algunos tal vez me recuerden por el relato de mi padre creo que les gusto mucho por que hasta la fecha sigo recibiendo mensajes y propuestas indecorosas pero bueno…esta vez voy a contarles algo que me paso antes de que me internaran (esa será otra historia) esto ocurrió una semana antes de que mi papá decidiera internarme en un centro de rehabilitación para las drogas pero como les dije eso se los contare después.
La historia que quiero contarles sucedió el año pasado, en mi primer año de preparatoria, cuando tenia 15 años recién cumplidos.nunca he sido una estudiante intelectual, pues por andar siempre en el desmadre con los chicos, nunca estudió como deberia.asi pues, estaba a punto de reprobar matemáticas y con ello perdería el derecho a que me compraran mi primer auto.no estaba dispuesta a eso, asi es que empecé a buscar solución a mi problema.
Un primo fue a visitarme, tiene mi edad; en ese entonces teníamos 11 años y yo aun no sabía qué era la paja y él me empezó a instruir y yo con demasiado interés ya había logrado una bien caliente erección y empezamos a describirnos nuestros tamaños y forma, hasta que no aguantamos mas la calentura y él me la sacó por la bragueta y me mostró cómo se hacía.
El enmascarado. Deja el abrigo en el guardarropa y se mira en el espejo antes de apagar la luz: su pelo rojo, entre anaranjado y rubio, ondulado, con la raya en medio, su cara redonda, sus coloretes para disimular su palidez y resaltar las pecas, sus ojos azules, su boca pequeña.