Mis primeros recuerdos del placer sexual se hallan indisolublemente unidos al dolor. Comencé muy tarde, pasados los 18 años, a relacionarme con una señora, ya que durante mi adolescencia había demostrado un cierto retraso.
Lo veía a diario y jamás imaginé que pudiéramos coincidir en una cama. Gracias a que su esposa estaba embarazada logré saborear al guardia del edificio de oficinas.
Un muchacho obliga a otro, que lo provoco, a hacer el amor, pero el último termina disfrutandolo.
Mi hermana menor, siempre hemos vivido toda nuestra vida muy unidos hasta que se casó. Toda nuestra infancia, nuestros juegos incluyen ella jugara con mi pene, y eso se me quedó para siempre y fue en la Universidad cuando ambos lo retomamos de nuevo lo que hacíamos de niños.
En un hotel, nos pillan los compañeros de trabajo cuando íbamos a iniciar nuestra fiesta particular.
Una pareja decide hacer su primer intercambio. Nos es como lo habían pensado... Es mejor.
A mi esposo lo adoro, estoy muy enamorada, pero el pobre siempre llega tan cansado del trabajo (es operador y trabaja en turnos, además tenemos un pequeño negocio de juegos electrónicos en casa) que me da poco sexo (una o dos veces a la semana pero siempre en fin de semana), así que entre semana estoy muy caliente. Pero como dije lo quiero mucho.
Al acabar la jornada de trabajo mi compañero y amante me organiza un trío sorpresa.
Segundo capítulo de esta novela que está disponible al completo en Amazon https://amzn.eu/d/013YAj5Y
Este es el primer capítulo de una saga, en la que relato, todas las vejaciones por parte del cacique de su jefe, que tuvo que sufrir mi mamá, para poder conservar el empleo...