—Mira cómo me aprietas la verga, zorrita, que deliciosa estás—dijo el enano con sus ojos inundados en perversa lujuria.
Katherine Riveros, con la cara roja del placer y la humillación, jadeando y aferrada a la mesa, no podía creer que estuviera disfrutando de ser usada de aquella manera por un ser t
Ambos cayeron en el asiento fulminados y sudados por la tremenda sesión de sexo que tuvieron, el jorobado aún seguía encima de ella con la verga bien metida dentro de su diosa, en ningún momento se la saco, hasta que poco a poco empezó a perder forma
Hola a todos, me llamo Cielo Riveros, lo que les cuento a continuación pasó cuando recién cumplía los 20 años. Vivía con mi familia en un barrio común y de clase media baja de la ciudad, conformada por mi madre, mi padre y un hermano menor, y justo estaba en esos días donde me había peleado con mi novio, así que me encontraba recién en mi fase de soltera.
Él se arrodillo detrás de ella, con sus manos separó sus glúteos viendo a plenitud el panorama en medio de sus piernas, apretó con fuerza sus nalgas, como para dejar claro que estaba ahí, observando, luego dio un azote a su nalga izquierda, luego a la derecha, acercó su rostro...
La chica acercó sus labios, una vez más se sentía sumamente nerviosa, con lentitud y obedeciendo las indicaciones de Eduardo poco a poco comenzó una mamada, su primera mamada...
Cuando Carli las vio, su corazón se aceleró, pues ambas lucían espectaculares, cada una con su estilo particular, pero con el que ambas resaltaban...
“Ahhh ahhh siii siii me gustaaa…. Muchoooo profe…” su vagina las sentía llena de tanta verga mientras su profesor seguía locamente cogiéndola como un depravado sexual… Ella gemia y gemia mas y el viejo la penetraba mas sin conteplaciones luego paro un poco el maestro y se la saco para darle la vuelt
…pero que par de tetas se decía el viejo…que cuerpo mas rico…oh que culo que se gasta esta niña…lo veía grande y paradito…perfecto como a él le gustaban…ahhhh…..ahhhh…gemía el viejo y concentrándose en la parte mas sagrada de aquella niña-mujer…en su conchita, en su rayita, en su panochita, en su ta
Cuando Katherine Riveros empezó a temblar comprendí que el orgasmo le llegaba inminente, no me dio tiempo de prepararme, mi boca se llenó de los jugos del coño de mi prima, ella cerró las piernas de golpe, no me dejaba sacar la cabeza, mi polla dijo, ¡ahora yo! y sin más empezó a salir leche a chorr
Era obvio que Cielo Riveros estaba súper-excitada por lo que le describí. En este momento no podía dejarme ganar por mi ansiedad y abalanzarme sobre ella o espantarla de otra forma. Si quería disfrutar de su estrecho ano y tener su enorme culo entre mis manos, tenia que calmarme... tenia que darle e