Tras seis semanas sin relaciones sexuales, con su marido esperando por tratamiento médico para concebir el bebé, allí se encontraba ella el día señalado, en un hotel con otro hombre, excitada, sin oponer resistencia a sus filtreos sexuales.
Volví a subir al baño para apresurarlas y cuál fue mi sorpresa que estaban ambas en el suelo haciéndose un 69. Eso hizo que me calentara y las viera durante un rato, Nubia le metía un dedo en el culo a Lety mientras ella mamaba su vagina con fuerza; eso hizo que comenzara a acariciarme mi vagina encima de mi ropa y al poco tiempo ya estaba mojada
Hace veinte años, que conozco a TITAN, más de una vez, me expreso airadamente su condición de heterosexual, más de una vez, me pareció que es gay, como yo.
La relación con mi ginecólogo siempre había sido un poco especial, pues desde el principio me había dado cuenta que le gustaba y atraía como mujer, si bien nunca me había insinuado nada al respecto, pero eso es algo que las mujeres notamos enseguida en los hombres.
Yo abrí mis nalgas con mis manos lo más que pude para permitir la entrada del consolador pues quería ganarme la más grande, preciosa y deliciosa polla, de pronto sentí como lamían mi culo esto me electrizo
Tomé mi pija y se la fui acercando a su cola muy lentamente, fue algo de otro planeta, estaba viendo cómo la cabeza de mi verga se perdía en ese agujero que parecía interminable.
Volvieron a vendarle los ojos, Se sentía como una yegua que se había rendido, aceptando la voluntad de sus dos amos. Cualquier cosa que le hubiesen pedido se las hubiese concedido sin chistar.
Lo más atrayente de él era, como ya he dicho, el magnetismo sexual que se desprendía de todo su cuerpo. Fue tan grande el impacto sexual que me produjo que sentí como mi vagina se humedecía y contraía, como preparándose para una penetración que ella, antes que yo, deseaba.
Las demás chicas fueron pasando por el despacho y yo me puse realmente cachondo. Me excitaba tenerlas ahí frente a mí, nerviosas. Por fin sentía que esas insolentes niñas de papá me respetaban.
Estuve largo rato chupando sus pezones y mientras lo hacía metí mi mano entre sus piernas acariciando su coño de arriba a bajo lo cual agradecía soltando más jugos, quité del todo su vestido y bajé sus bragas, quería tenerla completamente desnuda
Se abrió de piernas e indicándome que fuera hacia a ella para que le metiera mi verga por su coño, empecé lentamente, muy lentamente para ir poco a poco subiendo el ritmo.
Es un secreto que tenemos las mexicanas... anda... bébelo con gratitud porque es el néctar del hombre que te ha hecho feliz... no olvidarás nunca su sabor...
Con cierta sorpresa y alguna dosis de pudor, pero sin dudarlo procedí a quitarme la ropa y a colocarme el arnés, apretando las correas sobre mi pecho, glúteos y muslos.
Después de una larga sesión de besos en su cuerpo, me acosté a su lado, para simultáneamente poder masajearle el clítoris y besarle los senos, y para que ella me tocara el pene, ella aprendió rápidamente y después de un rato llevé su cabeza hacia mi pene.
Me quitó la mano del coño y se echó sobre mí tapándome con su cuerpo. Aceleró sus movimientos. No respondió a mis súplicas y sentí su leche caliente inundar mi sexo.
La aventura surgió a los seis meses más o menos de estar aquí. Como podrán comprender, seis meses sin un hombre puede enloquecer a cualquier mujer joven y atractiva como yo.
Mi primo se levantó a eso de las diez de la mañana, como siempre desnudo y con su gran pedazo de verga erecto como un mástil, yo procuraba no darme por enterado y disimulaba bastante bien, francamente me tenía muy nervioso, no tan sólo por ser quien era, si no que ya le estaba prestando mucha atención a él.
Le lancé todo mi deseo en un carnaval de semen que tragó hasta la última gota. Conduje hasta una playa apartada y oculté entre las dunas el pequeño Fiat 600.
Notaba que mamá tenía los pezones muy parados, se veían sus duras puntas a través del camisón mas grandes que nunca y mi pene volvió a reaccionar casi al instante.
Intentando conseguir alguna respuesta a sus no formuladas preguntas, volvió la mirada hacia Ana, solo para ver con total incredulidad como su hermana estaba en el suelo, descalza, arrodillada, con la cabeza y los brazos en el suelo, en posición de total humillación, casi de adoración, hacia Nacho.
No pude más, mi semen saltó, caliente, espeso, con olor a hormonas sobre su rostro, su pelo, su cuello y sus tetas y sobre los mismos jadeos, usamos nuestras manos y nuestras bocas para compartir la leche de esta relación clandestina y sexual que aún perdura.
Nos besamos desnudos en el archivo. Ya no tenía miedo que nos encontraran desnudos en pleno coito pues estaba con mi amor y sabía que él me protegería.
Siempre he tenido un don secreto: puedo manejar la voluntad de las personas a mi antojo. De esta manera, voy a lograr que la mujer de mi amigo Pedro se sienta tan atraída por mí que no pueda hacer otra cosa que gemir de placer. Voy a hacer que tenga el mejor orgasmo de su vida
Soy profesora de enseñanza secundaria, de la asignatura de Cultura clásica. Tenía por aquel entonces 36 años, no soy fina más bien llenita, con unas anchas caderas y un culote redondito, mis pechos son bastante llamativos y despiertan pasiones por los que he podido comprobar.
No tardamos mas de diez minutos hasta que nos vimos las caras mientras nos corríamos, ella no paraba de jadear y temblar como una hoja, yo empujaba tan fuerte que creía que iba a meterme yo dentro de ella enterito.
Ella fue mí adorada compañera y esposa por casi 16 años. Estos relatos son verídicos de nuestra vida junta. El erotismo de nuestros momentos de amor y sexo que aún no puedo olvidar.