Una emigrante china sucumbe al chantaje del jefe de su marido
Yuei obedeció y cundo llegó a los pechos de ella le dedicó mas tiempo, jugueteó con sus pezones manchados de leche, los succionaba con fuerza arrancando gritos de placer de Clara.
Relatos eróticos
Yuei obedeció y cundo llegó a los pechos de ella le dedicó mas tiempo, jugueteó con sus pezones manchados de leche, los succionaba con fuerza arrancando gritos de placer de Clara.
A todo esto yo seguía teniendo mi verga a punto de reventar, quería volver a metérsela y correrme dentro de ella para que así probase también de mis caldos. Le dije que se incorporase y se pusiese de rodillas de espaldas a mí.
Primeros escarceos de esta mujer esclava como puta pública, alejamiento de su familia y cita con un desconocido.
Dios mío, notaba como mi culo se iba dilatando y abriendo cada vez más, introduciendo el hijo de puta de mi viejo y perverso vecino
Una noche de aburrimiento salgo conel coche a pasear, lo que empieza con una carrera con dos chicos acaba con una c…
Un vestidito de trasparencias muy cortito de vuelo fino con lo que se marcaban mis pezones y no llevaba tanga sino que estaba con el chochito al aire notando la libertad de no llevar ropa interior.
Una oficina no es el sitio más erótico del mundo, pero conseguí convertirla en un lugar que rebosaba sensualidad.
Tuve la mejor experiencia sexual al amar a una mujer madura de lo mas buena, una excelente amante y mujer a la vez.
Mi nombre es Claudia, tengo 34 años y les voy a contar como fue que me hice adicta al pene de mi suegro y le he sido infiel a mi esposo desde entonces.
Dios, miraba como le colgaba la polla y pelotas, mientras se desnudaba, sintiendo un escalofrío recorrer mi cuerpo.
Luego de haber tenido la aceptación completa de ambos, mi madre y yo comenzamos a coger como depravados, aprovechábamos cada pequeño descuido para desaforadamente gozarnos mutuamente.
Al principio fue en su forma humana, después pasó a ser de nuevo aquella lengua de reptil, bipartita, larga, cada vez más larga, con sus dos puntas que profundizaban, caracoleaban, punteaban dentro de ella.
La medio empujé hasta su cuarto para que recapacitara durante los 10 minutos de ultimátum que le había dado, y de camino que yo pudiera tener esos mismos minutos para saber lo que estaba haciendo.
Estoy tumbada en la cama, hoy es uno de eso días que no sabes que hacer, abro las ventanas y dejo que entre el aire, oigo la ducha es un chico que conocí la noche pasada en una discoteca.
Me metió la mano bajo mi braga y comenzó a tocar mi sexo que, al instante, se preparó para una penetración segregando su flujo natural en abundancia.
Después de esperar casi media hora en una salita y cuando por fin llegó el doctor, resultó ser una chica de no mas de 26 años.
En ese tiempo tenia 15 años y mínimo me masturbaba dos veces al día, una vez por la mañana y otra por la noche, tenia una buena colección de revistas pornográficas que van desde dibujos hasta fotografías de color y en todos los tamaños.
Me abrió la puerta la madre de socio y amigo, es una mujer, viuda desde hace casi 10 años, de unos 50 años aunque no lo se seguro que se conserva muy bien.
Hacia solo un par de horas mi vida había sido estremecida por un terremoto sentimental, y ahora vagaba por las calles empinadas de aquella metrópoli californiana donde vivía. Llevaba al hombro mi mochila negra.
Era pura lujuria nos mamamos las pija debajo del agua caliente hasta que los dos nos corrimos y dejamos nuestras pijas secas de leche.