Me molestaba mucho su pantaloncillo y su pantaleta, pero como temía que se me fuera la oportunidad, como pude comencé una masturbadota de clítoris a toda regla, acariciando con las puras yemas de los dedos y sin apretar: suavecito, contante y remojándome los dedos cada vez posible en su humedad lubricante para acariciarla mejor en su botoncito...
Su cuerpo llegando casi a lo voluptuoso, pero quedando en la perfección soñada por todo hombre, senos prominentes pero no burdos, alta pero no en forma exagerada, el pelo largo en juego con su cara y su aura angelical, movimientos gráciles, la hacen perfecta, hermosa pero para nada inocente.
Para que sepa este es un relato que me sucedió hace ya 4 meses, yo tengo 26 años próximo a cumplir los 27, mi prima sandra que tiene 15 años mide 1,55 es de tez trigueña clara de ojos pardos cintura de avispa con unos hermosos pechos para esa edad, sus medidas son 95 62 100, como ven es una hermosura de mujer.
Llegó más temprano que de costumbre iniciando las labores de aseo con mucho sigilo para no molestar, al sentirla nosotros que estaba sola la llamamos al dormitorio y le preguntamos por su madre, comunicándonos que se encontraba enferma y que ella haría las cosas hasta terminar, luego de mucho tira y afloja pusimos en campaña nuestro plan.
Le dije que esperaba que eso la satisficiera y me susurro al oído que no le satisfacía, que quería más pero sabía que no lo podía en ese momento, eso me dejó muy excitado. Durante la noche no pude más que recordar esa hermosa vagina totalmente húmeda, al hacer el amor con mi mujer pensaba que era ella, la sobrina, y me excitaba más aún.
Yo tenía a mi amigote, Ricardo el cual tiene un gran éxito con las mujeres y como esta huelga paralizaría todo tipo de actividad por una semana, excepto la actividad de los Cuerpos Especiales de la policía y gendarmería que llegaron a emplearse a fondo y con verdadera saña, contra todo grupo formado por 4 o más personas.
Guillermo puso a Sissi en cuatro y me pidió ponerme debajo de ella, como si fuéramos a hacer un 69... pero que éramos libres de hacerlo o no... lo único que me pedía era que a la hora que él estuviera cogiendo a Sissi, yo le mamara los huevos...
En ese momento me percate de que mi amiga María estaba en el umbral de la puerta viendo como follabamos, supongo que nuestros gemidos la despertaron, ella se estaba masturbando y le hice una señal para que se uniera a la fiesta.
Cual mi sorpresa cuando pude desabotonar su pantalón bajar su cierre y libere su miembro súper erecto de aquel pedazo de tela que lo aprisionaba. No pude resistir y baje corriendo a introducirlo en mi boca tenia que sentir que aquel monstruo gigante era todo para mí, y así lo hice.
Un día estando solo en la oficina, llamaron a la puerta antes de abrir, mire por la mirilla a ver quien era, vi a un chico de unos 25 años al cual yo no conocía, le abrí la puerta y le pregunté qué deseaba, me pregunto algunas cosas y le invite a pasar, para poder contestar a todas sus dudas.
Era rubia ojos verdes y bien formada, tenia unos pechos no muy grandes pero firmes, no llevaba sujetador y se adivinaban unos pezones pequeños y prietos, yo no dejaba de mirar, ella debió de darse cuenta, y se subió la falda dejando ver sus muslos.
Una señora casada con dos hijos mayores es expulsada de casa por su familia descubrirla en flagrante adulterio. Se dedica al porno y envía sus películas a sus familiares.
La cadenita que ella lleva en el cuello ayuda mucho, porque cuando alguno le pregunta de qué es, qué cierra esa llavecita, ella le confiesa sin ningún pudor al que se lo pregunta, qué es la llave del cinturón de castidad del cornudo de su marido.
Era una mujer de unos cincuenta años, que deseaba tener sexo oral, acepte, quedamos en vernos al día siguiente en un hotel. Me dejo su numero de telefono por si surge algún problema, recién terminado de hablar con ella, recibí una segunda llamada, esta era de una chica joven, que decía buscaba su primera experiencia.
Me volqué de espaldas y mientras el besaba mis testículos y me cogía con los dedos, un placer infinito me abrazaba desde mis pies a mi nuca… logré acabar sintiendo una fuerza tremenda en mi eyaculación que los chorros de leche saltaron hasta mi cara, mi pelo…
Me volví a mi cuarto, me quité la bata, apagué las luces y me volví a acostar. Pasaron horas hasta que entró mi madre con una bandeja con comida. Encendió la luz, y vi que eran las ocho de la tarde. Puso la bandeja en una mesita, me levanté y mientras yo comía me hablaba.
Me volví a mi cuarto, me quité la bata, apagué las luces y me volví a acostar. Pasaron horas hasta que entró mi madre con una bandeja con comida. Encendió la luz, y vi que eran las ocho de la tarde. Puso la bandeja en una mesita, me levanté y mientras yo comía me hablaba.
¿Alguna vez han oído decir que cuando estás a punto de morir te pasa toda tu vida por delante? Pues no es el único momento... El otro día mi novia me dijo: -Cariño, no me viene la regla...
Era la primera vez que me entregaría a un chico joven, nunca lo hubiese creído, casi podría ser mi hijo, pero no estaba con ganas de que avanzara algún miedo. Nos desnudamos rápido, recordando mis aventuras juveniles, donde no esperábamos mucho para cupular una y otro vez.
La volví a vestir con la misma bombacha, el mismo pantaloncito y el mismo top, la llevé a la pieza y comenzamos nuestro acto de amor, la desnude completamente y ella hizo lo mismo conmigo, sacándome cada prenda como si fuera una experta en el arte del streap.
Le hice saber que me iba a derramar y me dio algo de pena con ella. Luisa como que tampoco estaba muy decidida a tragarse mi semen, por lo que me puse de pie y me acerqué al lavamanos, expulsando todo lo que tenía en mis testículos que, según pude comprobar, era bastante.
Mary se disculpó por no estar arreglada cuando llegó y quería compensarlo, además haría todo lo posible por levantar al monstruo y verlo de pie. JR le dijo que ya lo estaba logrando, entonces ella se agacho para servirle otro vodka y le puso casi en la cara todo su culo desnudo tapado solo por un hilo dental. Mi monstruo ya estaba totalmente parado.
Y nos casamos, porque ella insistió en ello porque así no tendría que esconderse tanto para sus viajes a la capital, tendría coartada porque al único que se suponía que tendría que darle explicaciones, a mí, no se las iba a dar obviamente.
Al ver al muchacho próximo en la fila subirse al caballete y realizar montado en éste, ejercicios de tensión de brazos y piernas, sentí que al llegar mi turno no sería capaz de exponerme de esa forma, sobre todo al ver que en el área de las entrepiernas, la fábrica del short del muchacho apenas resistía la tensión.
La llamó por teléfono enseguida, después de escuchar el mensaje, ella atendió y directamente le dijo que lo esperaba, quería verlo, le recordó que era su primo, ella le dijo, igual que Annabella, preocupado por el cariz de la conversación, le dijo que era una niña, un no te preocupes y con tono autoritario , un te espero a las dos de la tarde fue lo último que escuchó antes de que cortara.
Como a la media hora, y después de ir marchando la mayor parte de la gente, me dispuse ir al baño, cuando justo al pasar a la altura del dueño del local, me pidió que no me marchase sin hablar con él. Salí del aseo, y volviendo a donde estaba sentado, miré como estaba saliendo el muchacho al que había reconocido nada más entrar. Ya no quedaba más que yo, un viejo, que parecía un vagabundo, y el dueño del mesón.
Todo sucedió porque yo estoy obsesionado con las chicas del instituto, ya que cuando salen al recreo voy con mi coche y aparco delante de la puerta principal, entonces empiezo a masturbarme mientras las miro, es impresionante lo cachondo que me pongo mirandolas, sobretodo con la que ese dia les toca gimnasia, con esos tops super apretados, y esas mallas tan ceñidas, ufff.
Como saben en esta ciudad, viajar en el metro en las horas llamadas pico (es decir cuando todo mundo entra a trabajar o a la escuela) es un verdadero acto de heroísmo, se viaja apretado, te sacan del tren o simplemente no te dejan subir.
Al llegar al sitio me ordenó que la acompañara y en la zapatería mando a la dependiente a buscar unas sandalias negras de tacón muy fino de unos 12 cms. de altura, al ver la sandalia comenzó una excitación indescriptible y ella me pregunto si me gustaban, a lo que respondí que me gustaban mucho.