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Me aprovecho de la amiga de mi hija borracha

Me aprovecho de la amiga de mi hija borracha

La historia que les voy a relatar sucedió el 31 de diciembre de este año.

Nos encontrábamos en casa toda la familia reunida con motivo de la celebración de nochevieja.

Cuando dieron las campanadas y tras tomarnos las uvas me preparé para llevar a mi hija y a unas amigas a la fiesta a la que iban a acudir.

Primeramente fuimos a recoger a Rosa, ella tendría unos 15 años, era mas bien gordita, con gafas, pero muy simpática.

Después fuimos a por Lorena, esta amiga era un poco más mayor, tenía 17 años, rubia y muy atractiva, y por último nos esperaba en la puerta de su casa Silvia.

Silvia era una preciosidad, nunca podía evitar mirarle el culo, cuando venía a casa, lo tenía perfecto, así como unas tetitas que aunque no siendo muy grandes eran de lo más apetecibles, tenía 15 años al igual que mi hija y Rosa, tenía el pelo negro por debajo de los hombros y llevaba un traje negro de fiesta muy corto que dejaban ver sus preciosas piernas que le hacían a uno imaginar lo que no debía imaginar.

Pasado un tiempo llegamos a la fiesta donde había una gran cantidad de jóvenes congregados y tras advertirle a las chicas que tuvieran mucho cuidado las deje y me volví para casa.

Estuve unas horas tomando copas con los amigos y familiares hasta que dieron las seis y decidí ir a por las chicas ya que habíamos quedado a las seis y media en la puerta de la fiesta.

Yo iba un poco alegrete ya que me había pasado de copas.

Cuando llegué estuve esperando unos 20 minutos hasta que apareció mi hija con Silvia a cuestas, llevaba una borrachera tremenda, la metimos en el asiento de atrás y mi hija se marchó en busca de las otras amigas.

Yo estaba en el asiento de adelante y me volví para intentar reanimar a Silvia pero estaba profundamente dormida debido a su borrachera.

En esto que no pude evitar mirar a su entrepierna y pude ver que se le veía un poco de sus bragas.

Volví la mirada rápidamente hacia delante, pero fue imposible controlarme y volví a mirar.

Me estaba poniendo a cien mi verga se empezó a endurecer, y así, sin parar de mirarla me la saqué por debajo de la chaqueta que llevaba puesta y empecé a masturbarme.

Era delicioso y decidí ir un poco más allá, le subí el traje con mucho cuidado para que no se diese cuenta dejando ya toda sus bragas a la vista.

Me masturbaba con mucha más fuerza sin dejar de mirar a Silvia y a la puerta de salida de la fiesta por si venía mi hija y sus amigas y me pillaban.

Cerciorándome que nadie me veía, que mi hija no venía y que Silvia seguía completa mente inconsciente desde el asiento de alante me recosté un poco hasta llegar a Silvia.

Con mucho cuidado le aparté la braguita y comencé a tocarle su chochito con una mano y con la otra seguía pajeandome era maravilloso, ella no se percataba de nada, mi eyaculación se resistía debido al alcohol, y ya temía por que viniese mi hija y sus dos amigas.

Estando ya a punto casi de explotar mi pene, miré de nuevo a la puerta de la fiesta y Hooo!!!! Noooooo!!!!! Ahí venían ellas estaban a menos de 50 metros del coche, pero

Ahora no podía parar, quería correrme, ellas estaban cada vez más cerca, Ufffff!!!! Me corrí miré de nuevo hacia ellas, Joder!!! Estaban a menos de dos metros me incorporé hasta mi asiento, ellas abrieron la puerta del coche, tenía semen en mi mano, también manché el vestido de Silvia y mi chaqueta. Como no me dio tiempo a guardarme el pene en el pantalón me tapé como pude con la chaqueta. Vaya situación!!!!.

Creo que ninguna se dio cuenta por que venían un poco cargadas de alcohol, aunque no quise decirles nada.

Ya todos en el coche y camino de vuelta íbamos comentando la situación de Silvia, no podíamos llevarla así a su casa, así que decidimos llevarla a la nuestra, y con la conversación se me olvidó que llevaba mi verga fuera, y en un movimiento brusco se abrió la chaqueta y mi verga quedo al aire.

Rápidamente me la tapé como pude, pero mi hija se había dado cuenta, me sonrojé enormemente y ella creo que también, apartó la mirada rápidamente y se quedó mirando hacia el frente sin decir ni una palabra.

Fuimos dejando a cada amiga en su casa, menos a Silvia que se vendría con nosotros.

Una vez que no quedamos solos me dijo mi hija que hacía con el pene fuera, me volví a sonrojar, no sabia que decir y me volvió a preguntar si me estaba masturbando con Silvia, yo no conteste me limitaba a conducir, cuando de repente se agarrò a mi verga fuertemente, yo le dije que soltase, que estaba loca, pero no hizo caso y empezó a mover su mano y a masturbarme.

Yo no me lo creía pero era cierto mi propia hija me estaba haciendo una paja y la verdad es que no lo hacía nada mal.

Yo también colaboré, pare el coche en el primer sitio donde pude y levantándole la falda le introducì un dedo en su coño, el cual estaba muy húmedo, viendo que gozaba decidí meter otro dedo en el culo y así con ambos dedos la masturbaba y ella gemía de placer.

A todo esto Silvia en el asiento de atrás era ajena a todo lo que está ocurriendo.

Cuando ya estaba apunto de correrme ella acercó su boca y todo mi semen la inundó.

A la mañana siguiente no podía creer lo que había sucedido, es increíble lo que puede hacer uno cuando está bebido, mi hija y yo intentábamos no cruzarnos ni mirarnos a la cara.

Desde ese día mi relación con mi hija cambió perdí toda mi confianza con ella, nos tratábamos como dos extraños, me avergonzaba de lo que había hecho, creo que ella también, y aunque esa noche fue increíble, no creo que mereciera la pena.

¿Qué te ha parecido el relato?


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