Una joven es seducida en su primera y más fantástica relación sexual de su vida, por otra mujer en unos lavabos.
Esa tarde de invierno aparentaba ser una tarde más de su rutinaria vida, sus chicos con el padre y ella caminando un rato por la costanera, recordó con una sonrisa, cuando le robó un beso al marido de una amiga de la escuela, sonrío más fuerte al ver que otra amiga se había dado cuenta de todo eso en la casa de el, la costanera con los arboles sin hojas, flanqueaban el marrón río que bajaba presuroso como la vida que ella quería y no encontraba.
Era una portezuela muy chica que no llegaba hasta el suelo, por lo que había que pasar agachándose y de lado además, y en el momento en que ya tenía una de mis piernas al otro lado del dintel y comenzaba a cruzar con la parte superior de mi cuerpo hacia el otro lado, sentí su mano, y me quedé ahí, quietecita y sin moverme, en esa incómoda posición, mostrándole mi pierna izquierda estirada en toda su extensión hacia atrás obligando a la falda del vestido
Burbuja metió su mano tratando de abrir el estrecho coñito de Robin, luego pudo introducir su dedo como antes y volvió a tocar el himen, luego beso a Robin impidiendo sus gritos y arremetió rompiéndole el himen, Robin lloro fuertemente pero el sabor de Burbuja la calmo un poco hasta que saco su mano.
Entonces el día del concierto yo me estaba arreglando y me llamo por teléfono para a ver a que hora iba a pasar por ella yo le dije que a las seis de la tarde para llegar temprano y alcanzar buen lugar, quedamos de acuerdo los dos y yo le dije que me esperara en la escuela donde habíamos estado, para eso yo le hable a mi amigo diciéndole que iba a ir con su exnovia y el dijo esta bien, entonces los veo haya en el concierto, y yo le dije esta bien haya te veo.
A todo esto eran las cinco y media de la tarde y las labores de la casa no habían avanzado mucho, ella se percató y me dijo voy volando a terminar las cosas, no vaya a ser cosa que como usted está enfermo la Sra. Verónica se le ocurra llegar más temprano, así que salió corriendo a lavar las cosas del almuerzo y terminar de planchar una ropa, yo partí a la ducha, saliendo como a la media hora, ya más renovado de la agotadora tarde.
La calma de la tarde se rompía con los mugidos de la hacienda bovina, que según los dichos del campo eran producidos para saludar al sol, realmente había descansado en la siesta y sentados frente al jardín, utilizando ventiladores como espanta mosquitos, nos permitían contemplar los colores rojos del atardecer dentro de los árboles del parque, poco a poco las sombras formaban la noche y ya las primeras estrellas se anunciaban en el cielo.
Se quedaron así unos segundos hasta que la vagina se adapto al tamaño del miembro que le estaba taladrando, luego y para sorpresa de todos, incluso de Willy, Vero comenzó a botar de una forma tan violenta que Willy casi no podía mantener el equilibrio ante tales embestidas.
Para que sepa este es un relato que me sucedió hace ya 4 meses, yo tengo 26 años próximo a cumplir los 27, mi prima sandra que tiene 15 años mide 1,55 es de tez trigueña clara de ojos pardos cintura de avispa con unos hermosos pechos para esa edad, sus medidas son 95 62 100, como ven es una hermosura de mujer.
Me extrañó al verla caminar hacia la pileta, era como se fuese la primera vez , que viera ese cuerpo, sencillamente hermoso, sensual, una mujer que provocaba deseos, algo bullía en mi interior, conocía el efecto de la atracción sexual, pero nunca me imaginé, que mi prima me podría producir tal revolución en mis hormonas, recién minutos atrás la había visto y nada sentí.
Below y Kane se abalanzaron cada una por un lado y la empezaron a chupar, primero sus pies, luego subieron por las piernas, enseguida por el abdomen, por los brazos, Below le limpio la cara y Kane el cuello, luego fueron al pecho y le comieron un pezón, el clítoris de Bellota estaba a punto de explotar.
Deseas mi nabo. Quieres sentirme dentro de tus entrañas. Yo juego con tu placer. Amago la jugada, hago como si te penetrara pero no lo hago. Tu me miras y sonríes. Debes pensar "que cabrón que eres". Yo lo asumo y río. Cierras los ojos para sentirme.
Cuando su amiga nos descubre tratamos de explicar lo que sucedió mientras nos arreglábamos la ropa, al no caber los tres en el reservado Jessica (la rubia) se va dejándome solo con Marcela, cuando estamos solos me dice que me desea y que podría calmar la calentura que le hicimos agarrar con nuestro espectáculo de susurros y por lo que vio al descubrirnos, al no responderle se acerca a mi y me besa en los labios mientras que con una mano
Cuando tu boca se ocupaba de otras partes de mi cuerpo, cuando te incorporabas para besarme en la boca, era tu mano la que se encargaba de mi miembro. Seguiste jugando con manos y boca sobre mi cuerpo.
A menudo los usuarios de Internet realizamos lo que se llama sexo cibernético o cibersexo pero en esta historia hay quien no sabe que es eso ¿o si?
Miro arriba, su mano ha bajado el escote y se acaricia las tetas, se está corriendo suave, profundamente, siento su gozo, con un arqueo del cuerpo entiendo que se acaba de correr, es mía para siempre pero yo aún no he gozado.
Se recostaron a la siesta, ella en la misma posición, que en este momento, el la beso en la frente, ella tomo su cuello, el la beso en los labios y cayendo sobre su cuerpo sumiso se dejo desnudar, fueron pocos minutos, pero suaves, constantes en pasión, una penetración, otra más que solo acrecentaban las ganas de repetirla, su leche lleno una vez más ese vientre que una vez lo cobijo, pero la entrega de ambos durmió sus cuerpos en contacto.
Su fantasía era normal, pero no por eso dejaba de ser emocionante, irse a una isla con dos amantes, desde luego, uno su marido y perderse allí durante seis meses, sin preocuparse de nada, ni del dinero, ni los críos, ni las broncas de su jefe, ni de la compra diaria, ni la casa, solo sol, sexo y más sexo.
Retomando el tema, nos pusimos frente a frente y manteniendo fijas nuestras miradas y sin emitir palabra alguna, iniciamos el recorrido de nuestros mojados cuerpos; tomando Mirella la iniciativa de ir descendiendo por mi cuello, hombros y llegando a mis salientes pezones que fueron absorbidos y mimados por su mágica lengua; mientras yo tocaba el cielo por el placer que me estaba dando.
La levanté y la hice que se sentara sobre mi, eso facilitó mucho pues le desabroche los botones de su blusa, se la quité y muy lentamente le fui sacando el sostén como retardando y disfrutando más la vista de sus senos.