Últimos relatospornos:

La clase de recuperación

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Bueno repetí el curso y para no repetir otra vez mis padres me llevaron a un centro de repaso para mejorar mis notas, al principio me queje mucho pero no había nada que hacer tenía que ir, me resigne y mirándolo por la parte buena de que al menos tendré hechos los deberes me dirigir al centro.

Regalo no me quiere

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¿Te ha ocurrido alguna vez que tienes un secreto que te presiona tenazmente, tanto que por momentos sientes que no puedes con él, que te pica por dentro y quieres comunicarlo, pero la persona específica a quien quieres comunicarlo es precisamente aquella a quien menos debes recurrir con este propósito?. Si así es me comprenderás.

Por un partido de fútbol

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No hace mucho tiempo que llegó a vivir al edificio en donde vivo una familia de tres. Un matrimonio y su hijo, un chico de 25 años al que llamaré Esteban para no revelar su nombre.

Moisés, mi exquisito primo I

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Compartíamos departamentos, siempre me gustó, él era muy hermético en sus asuntos, sin embargo, requerí su apoyo, una tarea extraescolar me hizo precisar de su cuerpo desnudo, pero mejor.... lean el relato.

La primera vez

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Mi nombre lo dejaremos en suspenso, pero la verdad es que yo cuando termine mi colegio mi papá se mudó a otra parte a vivir, así que se fueron, y nos mudamos toda la familia, soy el único hijo hombre de una familia extensa de varias mujeres, así que por ende era él más engreído, hasta por mis hermanas

Un masaje especial

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Mi esposa Cristina, es una hermosa rubia platinada, que aunque la quiero mucho, no puedo dejar de reconocer, que también es vulgar, no común, vulgar, sus ademanes, su lenguaje, su vestir, vulgar. Desde luego que es rubia de botica, pues solo las albinas pueden tener en forma natural ese color de cabello, pero como su piel es muy blanca, no desentona el color del cabello.

La chica de la tienda

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Un sábado por la mañana entre en una tienda de ropa. Me quería comprar unos pantalones. La chica que me atendía era rubia, alta, estilizada, muy bonita. Me di cuenta enseguida de que me miraba con ojos seductores.

Fiebre sexual

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Los costados de mis senos aparecían claros y nítidos, la línea que separaba mis montículos, quedaba desnuda. Me sentía extraña... y excitada… Consulté el reloj, apenas faltaban quince minutos para la hora de la cena. Rápidamente pasé revista: Mis hijos con su abuela, el asado estaba en su punto, el vino perfectamente helado, el postre en su caja de la repostería... todo estaba a punto.

Lo hacemos!

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La experiencia que voy a relatar es real y ella desconoce que lo voy a hacer, aunque en alguno de nuestros lujuriosos días la haré participe para disfrute mutuo.