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Un verano caliente

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Me solté por completo, mi cuerpo y mi mente se esclavizaron en un desenfreno, cuando la primer verga entro en mi boca, pensé en morderla, un hilo de cordura, me indico en gozar de la situación y eso hice, cuatro fueron las mamadas que me trague

Mi primo Joaquín

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Me volvió a besar y caímos en la cama con una de sus manos me sobaba la verga y luego fue lamiendo mis tetillas y las chupaba y mordía con lascivia, luego su húmeda lengua lamió mi abdomen y finalmente se introdujo mi verga en su boca mamadora que debido a su experiencia pudo hacerme gozar tanto, sus labios apretando, subiendo y bajando desde el glande

El teléfono

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Rápidamente saqué de el culo mi verga que soltaba verdaderos chorros de leche y se la metí en la boca que golosa la recibió pasando la lengua por todo lo largo y tragándose lo que todavía salía de mi tolete.

La puta del décimo

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Ya desnudos, mamé su verga, cuando la sentí bien rígida, lo monté, mi lubricada vagina por los flujos ya incentivados por sus manos, me dejo "como haciendo cosquillas en la garganta" acabó dentro mío, en un sofá blanco de cuero, era un día perfecto.

Una hermana para dos II

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Le besé la boca probando el sabor de la mermelada y la mantequilla. La dejé limpia. Me bajé los calzoncillos y mi pene estaba un poco excitado con sólo pensar lo que iba a hacer. Coloqué con los dedos un poco de mermelada sobre la punta de mi picha.

Al principio ya fue orgía (Carla)

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Nos invitaron a una quinta y allí fuimos, fuimos al baño , al salir nos encontramos con ambos con el torso desnudo, automáticamente me abrace con el , me beso y me llevó a una habitación, me desnudo suavemente, me lameteo , todo el cuerpo y la vagina, chupándome el clítoris, me abrió de piernas y despacio me penetro, cuando mi himen se desgarró, sentí que esto de ser mujer, era fabuloso.

Las andanzas de Wanda III: El favor

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Me acarició de nuevo entre las piernas con una caricia muy sensible y cuando sonó el teléfono anunciando que Tony ya estaba abajo esperándome, me ayudó a ponerme el top y me despidió en la puerta mandándome saludos para Tony.

Su buen corazón para conmigo II

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Me desataron las manos y volvió a advertirme que ni siquiera me tocara o el resto de velada la pasaría en el cuarto de baño a oscuras y de rodillas con las manos atadas por detrás a mi polla, mientras oiría sus jadeos desde la habitación.