Cuando comenzó a presionar con su nudo en la entrada de mi vagina, sentí que era más grande de lo que yo había pensado, y debo admitir que el miedo creció en mí, pero la calentura del momento fue más fuerte, y decidí seguir adelante, entregándome así por completo.
Una docente de 53 años de buen cuerpo pero con una rutinaria vida matrimonial conoce en una salida con amigas a un stripper de color que le devolverá su plenitud sexual.
Llegamos a las oficinas subimos la escalera entonces regresamos un pasillo y abrimos despacio una puerta lateral desde que abrimos la puerta se escuchaban los quejidos estaba ella sobre el escritorio completamente desnuda con las piernas abiertas y había un tipo que se la estaba cogiendo y decía con
En este relato voy a decir lo que mi esposa hace que hasta ahorita no me había dado cuenta que esa exhibicionista y ella tiene una justificación para todo pero pues es una de las situaciones por las cuales provoca muchas cosas con las vecinas de aquí de la colonia la otra vez que llegué del trabajo
Los nervios me carcomían tenía mucho miedo de lo que estaba haciendo, pero al igual las ansias me tenían presa de esa precoz sensación en mi vagina, no sabía que hacer, mi zorrita cada vez se ponía más y más caliente, me sentía muy agitada así que sin pensarlo más me empecé a desabrochar el brasier.
La vida me dió la sorpresa de disfrutar no solo de tener una familia hermosa, sino también de disfrutar de ser cornudo.
Me hace su sumisa y yo acepto gustosa ser su putita y que me ate y disfrute.
Por fin llegó el día en que pudimos estar a solas con la madre de Mariela, y además me hizo una propuesta para que todos podamos estar felices.
Después de estar con Elsa su hija me pide si puedo ayudarla a arreglar su casa, pero la recompensa por hacerlo fue mejor de lo que imaginaba.
Todo comenzó como una fantasía. Finalmente hecha realidad. Nunca pensé que disfrutaría tanto.