Al pasar cerca de un polígono industrial donde las calles son bastante oscuras y tranquilas, ya antes habíamos estado en ese polígono y ya teníamos un sitio preferido, le pregunte si tenia ganas de jugar un poquito y ella me asintió con una mirada muy morbosa que hizo que me pusiera mas caliente todavía, en ese momento alzo las piernas apoyándolas en el salpicadero y comenzó a quitarse las braguitas tocándose y diciéndome:
Estaba sentado en el sofá de la casa del quiosquero, desnudo por completo, chupándole la polla, y ahora el cabrón del quiosquero, de pie delante mía metiéndome el rabo en la boca y en pelotas al igual que estaba yo, me pedía que le comiera los huevos.
Una tarde de mucho calor en que mi tío Juan tuvo que salir de la ciudad para visitar un cliente y que yo sabía que demoraría hasta la noche decidí unilateralmente tomarme el resto del día y zambullirme en la piscina en casa de mis tíos.
Me levante y camine con el mientras notaba que sus nalgas estaban redondas y duras. Llegamos hasta la mesa y el orgulloso abrió la libreta. Mi expresión, seguramente fue de sorpresa al ver que lo que Frank había dibujado era unos desnudos varoniles en posiciones insinuantes.
Que le dió frio, dijo, que si le hacía huequito en mi cama...
La típica alumna que hace tambalear la integridad del profesor... de música
Vanessa había tomado su ritmo y en estos momentos el instrumento del placer era yo, su dulce boquita subió a mis labios y su lengüita se introdujo en mi boca como una serpiente, jugaba a lamer el interno de mi boca, emitía sonidos de ninfa en celo, más de un par de veces mordió delicadamente mis labios, embriagándome en el sabor de su saliva, después apoyó ambas manos en mi pecho y contorsionando su cinturita, bajó sus caderas hasta empalarse una vez más en mi miembro ...
Logro despejar mis ojos de esa lefa caliente y veo que mi cuerpo entero está bañado en semen, hay unas gotas que cuelgan de mis pezones, las recojo con un dedo y me los llevo a mi boca cual si fuera un delicatessen, es la esperma de mi hijo …
Yasna cayo hacía atrás y plegando sus piernas, abrió sus muslos de terciopelo, su conchita era como un platillo rosado que presentaba a mis ojos un manjar celestial, como si fuese una sopa deliciosa, de origen divino, ella con sus dos manitos se abrió sus rosados labiecitos hinchados y gemía ...
Un día, mis padres me dijeron que salían de camping, así que aproveche para decirle a Vanesa que se quedara en mi casa ese fin de semana, Vanesa no se comprometió, ya que tenia que hacer muchos trabajos de la universidad, pero me dijo que esperáramos al fin de semana a ver que pasaba.