Dos amigas van a ver una "peli", cuatro machos sentados detrás de ellas, desatan a una de las chicas el morbo de la gente alrededor. Otra noche repitieron en su casa, esta vez se anima su amiga.
Mariana no quiso decir más. No hacía falta. Ya, de sólo de pensarlo tenía una buena erección y unas ganas inmensas de masturbarme. Pero prefería guardar mi leche para la fiesta que imaginaba me esperaba mañana.
Mi camisón era un estorbo así que colabore en los movimientos para despojarme de él. Ahora estaba boca abajo en mi cama solo cubierta por la tanga cola les que era mi única prenda y siendo recorrida por unas manos fuertes pero que sabían tratar a una mujer
Su coño se había adaptado a colosal intruso, que ahora entraba y salía con un ruido sonoro, como de chapoteo, y nos invitó a todos a hacer lo mismo.
Eso basto para que yo inmediatamente soltara más churretazos de leche en su garganta la cual él recibió como un niño al regalarle caramelos.
Se abrió de piernas e indicándome que fuera hacia a ella para que le metiera mi verga por su coño, empecé lentamente, muy lentamente para ir poco a poco subiendo el ritmo.
La seguía agarrando por el pelo y le empujaba su cabeza para que tuviera todo mi miembro hasta su garganta. Ella sollozaba de placer. Me lo chupaba como si fuera un helado.
Un e-mail la dejó tan cachonda, que aquella misma noche, en casa con un amigo aceptó cosas, antes prohibidas para ella.
Me quedé allí un poco, saboreando las sensaciones de estrechez y temblores que sentía Sara. Le cedí la iniciativa cuando la lengua de Hugo recuperó el ritmo de su placer, y no me sorprendió lo más mínimo ver a Eva empalada
Es un secreto que tenemos las mexicanas... anda... bébelo con gratitud porque es el néctar del hombre que te ha hecho feliz... no olvidarás nunca su sabor...