En la cena debido al vino y a los chupitos, acabamos hablando de lo de siempre la cama, Andrea que era amiga de mi mujer tenia un cuerpo normalita pero desprendía ese deseo sexual que desprenden algunas mujeres, Jorge su marido era un chico normal aunque su mujer siempre alardeaba de que estaba bien armado.
Cuando la conocí me impacto su forma de ser, su hermoso rostro y su bellísimo carácter, con el tiempo nos hicimos amigos, en nosotros creció una amistad tan inmensa que nunca había conocido la amistad de ese modo, salíamos a todas partes, platicábamos a todas horas y estábamos juntos a todas las horas del día
Un día en la biblioteca y un chico que estudiaba, la cosa fue mas alla de los libros.
La coprotagonista de mi historia se llama Romina, es algo alta delgadita pero bien formada, su cuerpo en si es como el de una modelo solo que mas pequeña, es bonita, muy bonita, tiene unos senos y un trasero en formación, quizás en uno o dos años mas ya crezcan bien.
Era de noche y mis tíos ya dormían, yo me revolvía en las sabanas de la cama imaginándome a mi tía desnuda junto a mí, mi tío marcharía temprano por la mañana y mis primos partirían igual de temprano a estudiar, al amanecer sentí un tibio beso en mi rostro y unas suaves palabras inundaron mis oídos
Involuntariamente estaba convirtiendo su vida en un infierno. Pero no un infierno de lágrimas y dolor, sino en un infierno cuyo mayor castigo era la monotonía. Un infierno gris de paredes de hormigón gris, sin ningún tipo de relieve, en el cual sencillamente no pasaba nada.
Viendo esto, se despojó del pantalón y le preguntó a Caroli si le gustaba lo que veía, y esta asintió, pero argumentó que se tenía que quitar todo. Me sorprendió muchísimo esta respuesta, pero era todo tan raro que no dije nada.
Mis tetas son firmes, redondas con pezones tiesos y oscuros, la aureola pequeñita, pero son unas tetas grandes para mi altura y constitución y utilizo escotes pronunciados e incluso me pongo wonderbrá de los que las agrandan y levantan y entonces las miradas de los tíos se vuelven muy lujuriosas.
Resulta que un sábado me quedé de ver con unos amigos de la universidad, todos gays, en casa de otro, a veces nos juntábamos ahí para platicar y tomar la copa, sin sexo de por medio.