La vista que tenía mientras me estaba follando, era el de un dibujo que había en la puerta de aquel aseo para niños, y era un culo, siendo penetrado por una enorme polla. La verdad es que resultaba algo morboso, estar viendo aquel dibujo, mientras era follado salvajemente.
La lamia con esmero, era toda mía, me encantaba el sabor agridulce de la mezcla de la nata y su líquido, chupaba sus testículos uno tras otro y volvía a mamarla moviéndola con mi mano a la vez y de vez en cuando la ponía entre mis tetas haciéndole una cubana.
Below y Kane se abalanzaron cada una por un lado y la empezaron a chupar, primero sus pies, luego subieron por las piernas, enseguida por el abdomen, por los brazos, Below le limpio la cara y Kane el cuello, luego fueron al pecho y le comieron un pezón, el clítoris de Bellota estaba a punto de explotar.
Ella me pedía que no siguiera recorriendo su caso sexual, pero él al encontrar la entrada de la vagina cálida y húmeda, hundí dos, tres dedos en la misma y Lola gritó mi nombre, atenazando con sus músculos íntimos esos intrusos que la hacían temblar de gusto, aumentando hasta límites insoportables los caldos que brotaban desde el interior de su conejito.
Volvió a presionar con la otra mano en mi espalda, para que me inclinara un poco más, y al mismo tiempo, arrimando su hermoso falo a mi agujerito, procedió a introducirme el mismo, en un movimiento rápido y sin parar. En ese momento di un respingo, pero ya estaba toda dentro de mi culito aquella maravilla
de polla.
El Delegado fue él ultimo en venirse y me jalo hacia él mientras su miembro terminaba de vaciarse, apretando con fuerza mis senos siguió besándome el cuello, los hombros y la nuca diciéndome en voz baja: -mi amor que cogida tan rica jamás creí que fueras tan buena haciéndolo, me tienes loco mamacita-.
Ella me miró y dijo que no estaba contenta conmigo a la vez que se quitaba un guante de su mano, ella me cogió por el pelo y me introdujo el guante de goma en la boca , así me amordazo y con la mano que se había quitado el guante empezó a darme en el trasero, mientras con la otra mano me levantaba la cabeza por el pelo, como había pasado la última vez paró cuando quiso, cuando vió que el trasero estaba rojo
Ya en ese lugar, Mario se sentó en un sillón mientras mi mujer y yo esperábamos sentados al borde de la cama matrimonial. Por fin llega la juvenil Amanda vestida con un hermoso y liviano vestido corto, Mario se ve excitado al igual que todos nosotros, sólo Amanda luce algo nerviosa y mira a mi esposa para que le diga qué hacer.
Hay Andrea, disculpa pero es que me estoy haciendo pipi, ella abrió la puerta y me dijo no te preocupes, pude ver su cuerpo mojadito y yo me puse a mil, me baje los shorts y me dispuse a hacer pipi cuando estaba en eso salio Andrea del baño, entonces aproveche la situación y me metí un dedo en el chocho