Últimos relatos gay:

Mi jefe me acaba persuadiendo para que me acueste con él

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Desabroché mi camisa con parsimonia y la coloqué encima de un taquillón. Debajo llevaba una camiseta color ocre, a modo de top, pequeñísima, apenas me tapaba el sujetador dejando al aire todo mi ombligo. Seguí con mi tarea, no sin antes comprobar que su respiración había aumentado de volumen y no paraba de fumar un cigarrillo tras otro.

Mi amigo el Chuy

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Pero como el Chuy siempre muy atento y amistoso conmigo, pues no había habido interés entre nosotros, hasta que un día las dos de mis amigas que andaba picando este hombre le dijeron que ese tipo de pitos habían sido hechos como para mí. Porque a mí me gustan mas gordas que largas, y especialmente cabezonas.

Mi cuñada, mi regalo

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Me despedí de los niños y me fui hacia la puerta ella me siguió y me abordo ya casi afuera diciéndome que era secreto yo le dije que no habría problema que me encantaba ahh y que le había dejado su postre en el baño encima del deposito de la taza ella sonrió y me dio un beso en la mejilla diciéndome gracias.

La mamá cuenta el relato a su hijo de como su abuelo fue el mejor amante

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Empezó a tocarme las piernas y al mismo tiempo empezó a lamerme el ombligo y finalmente bajo a mi rajita, su lengua jugó bastante rato conmigo, empezó muy despacio a meter el dedo, se dio cuenta que era virgen por eso siguió chupándome, yo sentía que algo me pasaba, algo que nunca había sentido así fue cuando mi clítoris exploto en el primer orgasmos.

Trio en Punta Cana

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Saqué algunas fotos más, después subí a la cama y me ubiqué frente a su boca. Me atrapó la pija con los labios como si fuera una aspiradora y comenzó a mamar con una fuerza y deleite como nunca antes lo había hecho conmigo y eso que era algo frecuente que practicábamos.

Ulises y Ely II

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Se sentía apretadito por la posición, pero estaba delicioso, al poco empecé a gemir fuerte y dejo de importarme si alguien nos veía... Así que decidí disfrutarlo.... Siguió moviéndose dentro de mi un buen rato... tanto que yo acabe un par de veces más y el disfrutó inmensamente...

Mi historia I: La primera vez que me vió

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Sin embargo, como mi apetito sexual ha sido siempre considerable, de alguna forma tenía que aliviarme, y para eso recurría a la tradicional paja, puñeta o como quieran llamarla. Lo cierto es que desde que tenía 10 años, tenía que hacerlo 2 ó 3 veces casi a diario y cuando pasé de los 15, incluso lo tenía que hacer hasta 7 u 8 veces.

Un viaje con retención

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Fueron momentos de desinhibición, de placer conjunto, hasta que no pude aguantar más. Mi compañera presintiendo el momento, colocó su mano para que mi semen, no se alejase ni se desperdiciase. Lo que consiguió es que las manos de ambas, quedasen embadurnadas del precioso líquido.

Otro hombre – Carta III

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Yo sigo besándole el cuello, el pecho, voy bajando hasta el estomago, le paso la lengua. Me arrodillo delante de él y le desabrocho el pantalón. Tomo su verga dura en mis manos. Que grande, nunca había visto una así... Pienso en lo que voy a gozar cuando me la meta.

Infidelidad

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El regresó este fin de semana, después de cuatro meses de ausencia, a verme solamente, entonces nos encontramos, salimos a bailar y nos pasamos toda la noche besándonos mientras mi enamorado seguramente en ese momento estaba durmiendo en su casa, esa noche de besos no pasamos.