Me acomodé en mi asiento y me puse a leer, aunque no pude evitar fijarme en las dos azafatas que atendían el pasaje que cuchicheaban y miraban con disimulo hacia mí. Eran dos preciosidades, una rubia y otra morena, a cada cual más explosiva, porque no sé qué tienen las azafatas italianas
Sin decir una palabra comenzó a cogerme divinamente, sentía su poderoso pene que entraba y salía de mi hambrienta cuca dándome el mayor de los placeres, estaba haciendo el amor por segunda vez en mi vida y con un hombre que realmente me gustaba y estaba queriendo, no aguante mas y me exploto un gran
Comienza adentro y a fuera en una cadencia lenta que me produce placer y que me tortura por que mi culo se acostumbra rápido a su verga y quiere que lo haga más rápido. Mi tío con su experiencia cogiéndose a putas sabe que ya puede hacerlo, me da una fuerte nalgada que me hace gemir y sonreír al mis
-Lo se Maca, deja que todo surja con normalidad, bastante la hemos obligado. Me besó con pasión dándome mil gracias. Cogimos el ascensor que nos llevó a la casa, llevándonos una sorpresa nada más salir… Así terminó el último capítulo…
Yo me dedique al miembro de mi tío mientras él empezó a tocarla y besar sus pechos un poco más grandes que los míos, mi mano paso de las bolas de mi tío al cuerpo de Jessy, tocaba sus piernas y su abdomen, ella tenía un muy buen cuerpo, muy trabajado por el Gym, mi tío metía sus dedos en el coñito d
Habían pasado diez minutos cuando don Javier le pidió que abriera la boca para confirmar que todavía tenia sus mocos, ella echo un poco para atrás la cabeza y abrió la boca mostrándosela al viejo y el noto que efectivamente la tenia llena de sus mocos, y sonrió a la vez que le daba una palmada en la
Una madre que no conoce los placeres del sexo, es seducida por el primo de su esposo.
Relato que cuenta la llegada de una inocente chica a una casa de putas como se llamaba antes, y sus primero pasos en ella.
En la Roma antigua, bajo el imperio de Nerón, la bella y poderosa Diana Marcia Vespia descubrirá que su nuevo esclavo bárbaro es mucho más que un muchacho insolente. Pronto perderá el control de su vida y de su cuerpo, para sentir un placer desconocido.
Samanta apretó su polla en el final de mi garganta y me la llenó con su espesa leche, a la vez que se bebía mis jugos sin dejar nada ninguna de las dos.
