Continuación de como mi esposa pasó de ser una esposa santurrona, a la más puta de todas.
Éste es el comienzo de como mi esposa, una mujer común y corriente, pasó de ser la santurrona que conocí hace más de 20 años, a transformarse de a poco en una mujer necesitada de sexo.
Estallé dentro de ella mientras su coño se contraía sobre mi polla. Arqueó la espalda, echó la cabeza hacia atrás y soltó un grito corto antes de desplomarse sobre mi pecho con la cabeza en mi cuello, sus pezones presionándome y sus dedos tirando de mi pelo.
Los chicos siguen explorándose, aunque ya están algo creciditos para eso; aunque no podemos culparlos, el bosque de noche inspira algo de lujuria ¿O no? continúa leyendo si quieres saber como siguen las andanzas eróticas de estos tres; a menos que quieras algo más que solo leer...
Alguien nuevo se convierte en víctima de los efectos de las hormonas.
Les platico a detalle cómo ha sido mi experiencia espiando a mi madre con su rica vagina peluda
Bob, era el capo de los perros capos que abotona a la perra en celo del momento.
Relato de cómo poco a poco introduje a mi pareja en el mundo Swinger
Loreta se arrodilló sobre la alfombra y le bajó el bóxer a su ex, dejando escapar una tremenda verga, larga, gorda y venosa. Sin querer dije “Guau” mientras mi esposa se la llevaba a la boca y como podía lo comenzaba a mamar.
Me agarró de las caderas y empezó a golpearme la Conchita. Me cogió fuerte durante 20 minutos dándome dos orgasmos. Me di cuenta de que se estaba acercando a medida que aumentaba el ritmo aún más rápido y con más fuerza...