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Noche de caza II

Noche de caza II

-“Si quieres salir de aquí , ponte como estabas antes” – me dice David.

-“Venga tío déjate de tonterías y apártate. O gritaré”- le dije yo.

-“Tú grita, verás como se acercan todos los tíos que hay aquí. Les encantará verte así. Y a mí así…”- me dice mientras coge mi tanga del suelo y se lo pone a oler.

Un cabrón, eso es lo que es, pero un cabrón listo.

Me da asco verle oliendo mi ropa interior. Odio cuando mis bragas huelen. Me hace sentir sucia. Pero parece que a él le encanta. Su polla vuelve a tener algo de movimiento. Se empieza a ensanchar. Y sólo con oler mi tanga. Desde luego que primitivo parece así.

-“Venga date la vuelta”- vuelve a insistir.

Yo veo que no hay escapatoria, pero desde luego no dejaré que me sodomice este tío. Decido cambiar de estrategia.

Mientras me acerco a él, le digo: -“ummm, me gusta que te pongas duro. Pero así no podrás metérmela. Déjame que te ponga a punto”.

Y me arrodillo.

David se ha quedado de piedra. Se separa un poco el tanga de la cara y se queda mirando como me pongo de rodillas. Las apoyo sobre sus pantalones. Antes he dicho que el lavabo estaba limpio pero tampoco era para tirar cohetes.

Él sigue sin saber que hacer.

Enfoco directamente a su polla. La tengo a la altura de mis ojos. Le miro, abro ligeramente la boca y saco un poquito la punta de mi lengua.

Parece que al final lo capta. Se coge la polla con una mano sin soltar el tanga y la acerca a mi cara. La polla, completamente fláccida, aún gotea de la corrida de antes. El capullo de su polla sigue a la vista. Brillante. Rojo. Mientras me la acerca se tira aún más la piel para abajo.

La tengo a un dedo de mis labios. Ya puedo notar su olor. Ese olor profundo, indescriptible. Cada vez que lo huelo intento identificarlo con algo. Pero sólo me recuerda al olor a polla. No hay nada que se le parezca.

Saco más la lengua.

La toco con la punta. Está muy mojada y chorreando aún restos de semen.

Cojo papel higiénico.

“-Nada de eso lista. Tal como está”- me dice.

Me está empezando a excitar la situación. Ahora si que me siento una puta como me ha llamado él antes. No me gusta pero no puedo evitar que me guste. Extraña sensación.

Tiro la cabeza para delante y entra el capullo en mi boca. Está caliente y más mojado de lo que pensaba. El sabor a semen es intenso.

Mi boca y mi nariz ya están llenas de ese sabor y olor. La saco y se la meneo con la mano.

No es muy grande, como había notado antes, pero tampoco está mal, promete. Ahora debe medir unos 8cm más o menos. Tampoco es demasiado ancha.

No entrará en mi leyenda particular, pero bueno, se acepta como polla. A ver que podemos hacer.

El meneo empieza a surtir efecto. Maravillosamente se ensancha a la vez que crece muy poco a poco. Siempre me ha alucinado ver como crecen las pollas.

Vuelvo a introducirla en mi boca.

La cierro y noto como sigue creciendo ahí dentro mientras con la lengua voy rodeando el capullo.

Vuelvo a sacarla y menearla. Ya ha llegado a unos 15cm de largo. Parece que se estabiliza en esa medida. Bien. La rodeo con mi mano derecha y la aprieto. Está dura y fuerte. Sin soltarla vuelvo a atacar con la boca. Ahora ya introduzco algo más.

Mis labios pasan y aprietan repetidamente el trozo ese de piel donde acaba el capullo. Vuelvo a sacarla y admirarla. Un hilo de saliva colgante sigue uniendo mi boca a su polla.

A todas estas, David no dice ni “mu”. Parece que se va olvidando de lo del culo.

Admiro la vena que cruza todo el miembro. Palpitante, gorda y caliente. La resigo con la punta de mi lengua hasta llegar a su vello púbico. Hundo la nariz en él y lamo sus huevos. Vuelvo hacia el otro extremo por el camino que marca la vena.

Las manos de David se plantan en mi cabeza. Je, je ya sé lo que seguirá ahora.

Vuelvo a poner los labios en O y la polla entre ellos. El movimiento de sus manos me marca el camino a seguir. Entra unos centímetros y paro aunque él sigue empujando. Poco a poco logramos coger un ritmo que nos va bien a los dos. Claro que él ya me la quería hundir hasta el cogote…

Evidentemente ya no queda ni un rastro de semen en su polla. Se ha mezclado con mi saliva o espera a ser rescatado de la comisura de mis labios.

Ahora es mi saliva lo único que la cubre. Resbala perfectamente en la entrada de mi boca. Aprieto los labios. Noto todas las irregularidades del erecto miembro cuando pasan por mis labios.

Cierro la boca y succiono. La tengo completamente atrapada. La lengua sigue dando vueltas. Soy una ventosa humana empalada por la boca.

Debe estar disfrutando un montón porque de su boca sólo salen gemidos de placer. Yo me lo paso bien pero no como me gustaría y decido ir por mi cuenta. Bajo mi mano derecha y me toco entre las piernas. Sigo mojada igual que antes. Separo un poco las rodillas.

Pongo mi mano abierta abarcándolo todo. En la punta de mis dedos tengo el espacio que hay entre el ano y el coño. En la palma el centro de todo. Donde se une la mano con la muñeca está mi clítoris. Lo presiono y muevo la mano muy poco a poco. El contacto es mínimo.

Llevo los dedos hacia atrás, buscando el agujero. Separo los labios y introduzco mi dedo medio en el agujero. Vuelvo e estar chorreando.

Mientras yo voy a lo mío, la mamada no ha acabado, al contrario, está en su cénit. Mi ritmo de cuello es importante y la polla lo aguanta perfectamente.

Ahora si que se está comportando el macho. Los sitios por los que pasa son siempre los mismos, pero cada vez se repiten con más rapidez:

Mis labios, la lengua por donde se desliza una y otra vez. El paladar contra el que choca continuamente. Y vuelta a empezar. Lengua y labios. Labios , lengua y paladar. Lengua , labios, labios, lengua, lengua, lengua, labios, paladar, alguna vez algo de garganta, paladar, lengua…

De golpe retira levemente la polla y baja sus manos de mi cabeza hacia mis mejillas. Pone las palmas en ellas, me sujeta la cabeza con fuerza y empieza a mover sus caderas, hasta el momento completamente inmóviles.

Me está follando la boca. Ya no soy yo la que manda y chupa.

No tiene ningún miramiento y me mete la polla todo lo que puede. La punta llega hasta la garganta. Miro hacia el techo y abro la boca todo lo que puedo, así entra más adentro sin que me haga daño.

Mi ritmo de mano derecha sigue en aumento con mi paja. Ya tengo dos dedos penetrándome, entrando y saliendo con rapidez. El roce con el clítoris es más fuerte y seguido.

Empiezo a notar como si creciera sin parar algo por esa zona. Siento una presión dentro de mí. Me estoy muriendo de gusto.

Aunque sea yo la que lo provoque no cambiaría este momento por nada del mundo. Mis dedos, completamente empapados, no encuentran ningún obstáculo al entrar.

Igual que la polla que tengo en mi boca.

Su culo describe un vaivén frenético. Cada vez me aprieta más la cara. Si sigue así terminará haciéndome daño. Mis labios vuelven a cerrarse entorno de ese pistón en que se ha convertido su polla.

Aprieto con los labios y levanto una mano (la izquierda evidentemente) para darle unos golpecitos en la barriga a David. Le estoy pidiendo que pare. Se queda un poco perplejo y para de mover el culo.

“-Qué te pasa, quieres que te folle el culo ahora?”- me dice.

Pensaba que ya se había olvidado de mi culo.

Yo sigo con media polla en mi boca. Le miro a los ojos. Él me mira. Se da cuenta que me estoy masturbando.

“- Ya les decía a mis amigos que tenías pinta de zorra”- me dice.

Así, aguatándole la mirada y con la boca abierta, empiezo a acercarme poco a poco a su barriga. La polla vuelve a resbalar sobre mi lengua, a chocar con el paladar.

Y se para en la entrada de mi garganta. No puedo verlo, pero no debe quedar mucho por entrar, tengo sus pelos rizados muy cerca de los ojos.

Abro más la boca, relajo todo lo que puedo el cuello, pongo mis dos manos en su culo y tiro hacia mí.

David deja salir un sonoro Oooohhhh!!!! Acompañado de un rugido.

Mi garganta es invadida por la punta. Mi nariz está completamente pegada a su bello púbico. Con la polla cruzándome toda la cabeza abro la boca aún más y saco la lengua. Empiezo a chuparle los huevos con la punta. No puedo más.

Saco una mano de sus nalgas y vuelvo a mi entrepierna que está a punto de explotar. La izquierda hurga entre la raja del culo de David. Sin problemas encuentro su ano que empiezo a recorrer en círculos.

Tres dedos dentro de mi coño. El clítoris encendido.

Un dedo de la mano izquierda entra en el culo de David. Lo empiezo a mover a ver su dilata un poco y me deja entrar más.

Medio dedo entra en su culo.

La polla de David empieza a temblar.

Una sacudida.

Otra

Tiro mi cabeza rápidamente hacia atrás.

Algo impide separarme del todo.

El líquido caliente que esperaba invade mi boca de repente. La primera sacudida ha llegado al fondo.

La segunda también.

Ese gusto…. Cuanto tiempo sin catarlo.

Los siguientes borbotones de semen me empiezan a llenar completamente la boca.

Quiero retirarme pero el orgasmo que está recorriendo mi cuerpo del centro hacia todas partes me deja extasiada. Notar su leche caliente en mi boca ha sido el detonante.

Tengo que tragar algo, si no me ahogaré. Cuando empieza a bajar algo de semen por el interior de mi garganta, el tapón de mi boca se retira y me permite respirar, cosa que hace que me trague más semen aún.

Escupo enseguida todo lo que puedo. Estoy a punto de vomitar. Pero no le daré semejante gusto al tío este y aguanto no sé cómo.

La polla sigue goteando semen. Desde luego que el tío tenía una contención de , como mínimo ,años.

De la boca me caen gotas hacia el pecho. David se agacha y me las esparce por la tetas. No me gusta.

Lo cojo por el cuello y le arreo un morreo increíble. Al menos que comparta la sensación.

No tiene tiempo a apartarse.

Cuando lo dejo se ríe y me dice que soy la más puta que ha visto nunca.

-“Ya lo sé.” Le digo yo.

Me limpio con el papel que hay en la cabina. Empiezo por las tetas. El cabrón me ha dejado embadurnada. Quiero quitarlo antes de que se seque. Me paso el papel por los labios y lo miro. Completamente chorreando. Ya estoy todo lo limpita que puedo sin un espejo.

Me visto.

David ya se ha ido pero no se ha ido solo. Se ha llevado mi tanga.

-“Bueno, me joderá ir a casa sin ropa interior pero al menos estaré segura que se acordará toda su vida de esto”- pienso para mis adentros.

Salgo de la cabina como si nada. Hago gárgaras con agua y escupo mientras unos tíos que están meando se quedan flipando mirándome. A saber que estarán pensando. Seguro que aciertan, aunque no se lo crean. Compruebo que no quede ningún rastro en mi cara y salgo.

Miro a ver si veo a Cristina. Ni rastro de ella ni de su acompañante. Ni de David. (No es que le quiera para más sexo, sólo por si podía llevarme a casa.)

Pero nada.

Enciendo un cigarro para matar el gusto que tengo en la boca.

Salgo de la disco y pillo un taxi hasta mi tranquila casa. (que como podréis comprobar más adelante, no estaba tan tranquila).

Continúa la serie << Noche de caza I Noche de caza III >>

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