Aquí no acaba la historia de los juegos de mesa, pero tengo que contar lo que me sucedió dos o tres semanas después.
La mujer tomo una especie de crema o lubricante, me abrió las nalgas y me la untó en mi culo. Luego le pasaron un vibrador y me lo introdujo suavemente por mi puerta trasera. Jamás me habían penetrado con un vibrador por ninguna parte.
Se tumbaron las dos a ambos lados de la cama, conmigo en medio y comenzamos a darnos tiernos besos de enamoradas.
Besé a Johanna en la boca y apenas opuso resistencia. Apretaba sus tetas contra mi pecho. La volví a besar. Minutos más tarde estábamos enredados en apasionados besos. Jamás pensé que resultaría tan fácil.
La venganza es un plato que se come frio.
El sexo con embarazadas es algo bien erótico si se sabe que hacer con ellas. Aquí propongo este de mi autoría.
Me tocó lo que peor podía tocarme. Tenía que comer, pero era un coño y era el coño de Juani... Me quité las bragas como ultima prenda, pues no estaba dispuesta a aquello, a pesar de las protestas de Juani
Su coño se había adaptado a colosal intruso, que ahora entraba y salía con un ruido sonoro, como de chapoteo, y nos invitó a todos a hacer lo mismo.
Me quedé allí un poco, saboreando las sensaciones de estrechez y temblores que sentía Sara. Le cedí la iniciativa cuando la lengua de Hugo recuperó el ritmo de su placer, y no me sorprendió lo más mínimo ver a Eva empalada
El pago de las deudas de juego no siempre es dinero.
Llegaron sobre la medianoche, borrachas como cubas. Las estiré juntas sobre la cama de Elena, y se durmieron de inmediato. Les quité la ropa, y vi que ninguna llevaba ni el bikini ni tampoco ropa interior.
Sus manos me desnudaban mientras su lengua penetraba decididamente en mi boca. La parte de arriba del vestido que se desabrochaba por una serie de botones que la recorrían, se abrió al saltar el último botón.