Se viste rápidamente mientras me lavo la cara y ordeno mis cabellos. Al salir había junto al hombre que golpea una aeromoza que nos miró un poco enojada y sorprendida de vernos salir juntos, ambos le sonreímos sin decir nada y nos fuimos a nuestros asientos, solamente faltaban unos minutos para aterrizar y los aprovechamos para darnos nuestros respectivos números telefónicos para contactarnos en un futuro no muy lejano.
Permaneció por unos instantes pegado a mí con su polla bien dentro de mi trasero disfrutando de los últimos estertores de orgasmo, cuando se retiró note como varios chorreones de semen resbalaban por mis muslos, sin duda su corrida fue tan abundante y mi ojete estaba tan abierto por la follada tan tremenda que la leche escapaba del agujero.
Este sereno trabajaba en la esquina de mi casa como vigilante nocturno y se insinuó muchas veces hasta que tuvimos la oportunidad de tener contacto íntimo, él es de unos 24 años de tez trigueña y cuerpo formado mide algo de 1.80 cm. y su miembro mide unos 19 cm. no tan gruesa pero del tipo comercial como suelo imponer aquí la palabra je.
Nos quedamos un rato descansando, con mi culo un poco adolorido pero contento, cuando de pronto Giovanni se levanta y nos dice aún falto yo que acabe y juntándonos con Miguel en la colchoneta se masturba un rato lanzando sus chorros de leche sobre nuestros cuerpos.
Un fin un día Adrián nos invitó a Ricardo y a mí a su casa quinta a pasar el fin de semana sin dudarlo aceptamos los dos el lugar estaba en las afueras de Buenos Aires a unos 30 km. de la Capital ni bien llegamos fuimos a la pileta luego a la noche nos pusimos a ver unas películas porno que tenía y a hacer comentarios y bromas en fin lo normal.
Una tarde estaba viendo una película en el vídeo, era sobre una relación entre dos hombres y una mujer, con todo tipo de escenas, y no me di cuenta de que entraba en casa, así que seguí pasándome la mano por la polla y los huevos sin reparar en que mi padre estaba en la puerta de la sala de estar mirando la televisión y mirándome a mí; no sé por qué, pero en un momento dado giré la cabeza y me encontré a mi padre en la puerta tocándose por encima del pantalón del traje exactamente lo mismo que hacía yo, es decir, sobándose la polla.
El trayecto transcurrió en silencio, llegando a nuestro destino en menos de media hora. Mónica, así se llama la señora, bajó del coche no sin antes recordarme que debía estar allí a las cinco en punto para recogerla. Mientras entraba en el edificio, la miré y pude observar que no era tan joven como aparentaba. De unos cuarenta y pocos, muy bien formada. En su juventud debería haber sido una mujer de bandera. Seguía conservando buena parte de la belleza original, pero con el añadido de la elegancia en todo lo que hacía que le habrían dado los años.
Comencé a darle lengüetazos a aquel trozo de carne, era inmensa y estaba durísima, me metía su capullo en la boca, lo chupeteaba, le pasaba la lengua por los lados del capullo, me lo lengüeteaba como si fuese un helado, mientras apretaba sus huevos, los tenía enormes a juego con su polla. Era lo que se dice un auténtico súper, pero súper, súper, no súper light como algunos que con 20 cm se creen que son los dueños de la mayor polla del mundo, aquello era enorme no encontraba forma de poderlo coger en su conjunto, ni con la boca y las manos lograba abarcar todo el cipotón aquel.
La historia que les voy a contar sucedió un día miércoles, yo nunca había tenido experiencias homosexuales en toda mi vida, era algo que para mí nunca pasó por mi mente. Aquella noche yo llegué al hotel cerca de las 7 de la noche, algo sudado del trabajo. Al entrar al pub(siempre entraba al hostal por ese lado), me encontré que estaba casi, casi lleno( algo raro para un día particular), pero era porque justo en ese momento estaba que empezaba el clásico del fútbol peruano entre Alianza Lima y Universitario
Después de un buen desayuno y de mostrarme la que sería mi habitación, mi compañero me enseñó lo que sería mi lugar de trabajo o, al menos, dónde estaban mis herramientas. Debo reconocer que aluciné bastante en cuanto vi el parque móvil de la casa. Según Andrés vivía en ella una sola persona, pero tenía tres coches y... ¡dos motos!, eso sin contar el que se había llevado hoy mismo.
Desde que Carla, que comentó que le dijo al cura en el confesionario, que quería hacerle el amor, que se dejara de embromar, que era joven, que porque no la hacía gozar (el cura estaba lindo), en ese momento tenía 17, el cura no se dio por enterado, pero la calentura de Carla, la saciaba con el novio de su hermana (23) (esa y otras confesiones las publicaremos en otra oportunidad)
Aquella noche iba vestido de mujer y sus planes se le habían echado a perder. Su taxista la intentaría consolar mientras unos representantes de la ley les interrumpían.
Esto sucedió hace más de 5 meses en una ocasión en que como otras nos volvíamos a reunir un grupo de amigos los cuales nos visitamos muy de vez en cuando, pero lo que paso esa noche fue que sale como siempre cada cual con su supuesto acompañante de noche, sin pensar en que iba a suceder algo de sexo.
A partir de esa tarde mi hermana se convirtió en mi obsesión. Mientras cenábamos, por la noche, me quedaba embobado mirándola, imaginando que esa misma boca que ahora veía engullendo la ensalada muy probablemente acababa de saborear hacía un rato el semen viscoso de su novio.
Un joven tiene una primera relación homosexual con el novio de su hermana. Aquella tarde nos habíamos quedado los dos solos en la casa. Mi padre estaba de viaje y mi hermana y mi madre habían salido de compras. Ya se sabe lo que se enrollan las tías cuando se van de compras.
Tras varios minutos mamándomela y cuando estaba a punto de correrme, se levantó y empezó a besarme metiéndome su lengua en mi boca. Se dio la vuelta y se sentó encima mío para que la metiera. Así lo hice. Entró como si nada en ese increíble culo, liso, sin pelos. Empezó a gemir como un loco, moviéndose perfectamente, y tragando una y otra vez mi excitadísima polla. Yo lo cogía por la cadera, disfrutando de aquel culo
Mientras le regalaba aquellas exquisitas caricias, en el momento en que pensé que se derramaría en mi boca, él se retiró sacando su verga, que quedó abierta y expectante, queriendo ser llenada nuevamente.
Procedió a desnudarme y nos metimos en la cama. Primero me pidió que se la chupara, la tenía enorme, sobretodo gorda. Me la metí toda en la boca, lo que más me gustaba es que era muy suave y cariñoso conmigo. Después me la chupo a mí y me dijo que grande y gorda la tienes, posteriormente hicimos un 69 fabuloso. Le comí la cola mientras él me la chupaba.
Esa tarde todo fueron de Paseo al Parque y yo les dije a mis papás que no tenía ganas de ir, y que mejor yo me quedaría en la casa viendo tele, pues tenía un sistema de parabólica y había mucho que ver.
Todos mis compañeros se echaron a reír al ver las contorsiones que yo hacía al venirme y de cómo el Rolo se tragaba todo mi semen como una puta barata... Entonces todos mis compañeros (éramos 10, incluido yo), hicieron lo mismo y en cuestión de media hora, Javier (el Rolo) ya se había tragado todas nuestras corridas...
Luego nos fuimos a bañar, ya que nuestros cuerpos estaban sudorosos, y luego nos acostamos, estuvimos toda la noche hablando acerca de las indirectas que él me hacía y las que yo le hacía, nos reímos y después nos dormimos, esa semana fue espectacular, aunque no volvimos a tener relaciones.
Luego empecé yo a hacerle una mamada y recibí su leche hirviendo en mi boca y cara, pero por mi seguridad la arroje a una lado, entonces decidió el chupármela nuevamente y llegar a saciar su sed de leche; de allí me volteo y empezó seguir besándome luego de 10 minutos cuando estábamos nuevamente calientes, me la empezó a meter suavemente, muy delicado por cierto acabando dentro de mí y quedándose dentro.
Hasta hace unos cuantos meses estuve casado, con una tremenda mujer, pero ella se enamoró de otro tipo y sencillamente me pidió el divorcio, el cual se lo di sin mucho problema, ya que ni hijos tuvimos en nuestra relación.
Luego, sin pensármelo dos veces, le quité los calzoncillos, y me puse a chupar esa polla peluda y huevona, sin ser extremadamente grande, más bien pequeñita, 15 cm., hasta que él me dio unos golpecitos en la cabeza para que parara. Él ya la tenía dura como una piedra, y a mí me había encantado sentir una polla dentro de mi boca por primera vez.
Cogió un condón lo saco de la bolsa, se lo puso, dirigió la punta de la polla hacia el culo de Alfonso, entonces Alfonso que ya no tenía pañuelo en la boca le pidió por favor que se la metiese con suavidad a lo que éste no accedió le tenía a su merced y estaba dispuesto a disfrutar así que de un solo golpe se la metió hasta dentro
Yo estoy operado de fimosis, por lo que siempre la tengo descapullada. Esto a veces nos llevó a tener conversaciones sobre nuestras pollas, lo que a mí excitaba muchísimo. Pero él tenía un miembro excepcional.