Relatos eroticos dominacion

Dominación y sumisión sexual.

380 relatos

Me deje dominar… y ¡disfrute!

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Le he mamado en múltiples ocasiones la polla a mi marido, a él como a todos los hombres, yo creo, le gusta que se la chupen, nunca me ha gustado que eyaculen en mi boca y las pocas veces que lo ha hecho he tenido que salir corriendo a escupirlo todo. ¿Querrá hacerlo en mi boca?, no, no quiero, si me lo pide le diré que no, pensaba mientras comenzaba a introducir su sexo en mi boca y a subir y bajar la cabeza rítmicamente, mientras se la sujetaba con mi mano derecha.

Gothic sex I

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Me acerco a ella, y me pongo a bailar a su lado, cuando aprovecho al mismo tiempo para lanzarle pequeñas miradas de desafío o de señal de que me he fijado en ella... disimuladamente, saco la lengua y dejo entrever la bolita fluorescente de mi piercing en la lengua. La verdad es que da un poco la nota, mis mechas rubias, mi bolita verde fosforescente en la lengua...

Alex se convertirá en el amo durante diez años de cinco nuevas chicas que aceptarán encantadas ser sus esclavas

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Después de unas cuantas horas, Entraron 5 chicas al cuarto, todas vestidas con cueros negros, botas y todas como las recetaba el doctor, muy bien formadas, una de ellas era la que había aparecido antes en el cuarto, sus formas se resaltaban aún más con el cuero. El cuarto se ilumino por completo y su nerviosismo aumento.

Becaria dominada

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Directamente nos dirigimos a una habitación, yo todavía estaba algo amodorrada por el cercano despertar del sueño y el alcohol, de lo contrario me hubiera preguntado a mí misma que hacía con un hombre casado, de unos 50 años, en una habitación desconocida, en una casa desconocida, dejando que me tumbara en la cama, que me quitara los zapatos y que se pusiera a darme un masaje en los pies.

Historias VI

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La gran finca que había heredado de su tío, era un refugio con esclavos y esclavas deseosos de tener un nuevo amo. Una gran sorpresa le esperaba en la segunda y tercera planta.

Las noches mexicanas III

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No tenía vendas en los ojos y a la sorpresa de poder ver a su dueño se le sumaba la excitación de tener a Alejandra a su lado susurrándole instrucciones.

Nueva Amazonia II

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Ser miembro del club implica la sumisión de todos los hombres que forman parte de él y poder disfrutar de una nueva dimensión en el concepto ama-esclavo.

Un día en la isla con mi ama

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Una vez adentro comencé a lamer sus pies, sus zapatos y tacones, luego la pierna, hasta llegar a sus partes íntimas donde me ordeno que parara. Mi ama se quitó la ropa y se colocó un traje de cuero que solo tapaba sus senos y su pubis. Seguidamente me ordeno colocarme de espalda tirado en el suelo, comenzó a caminar sobre mi cuerpo, luego me ordeno besar y lamer sus pies, mi excitación era máxima, pero mi ama no me dejaba que me tocara.

Mi primera vez con una señora llamada Amelia II

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Me puse detrás de ella, me admire al verla así, mostrándome sus nalgas blancas, mas blancas todavía porque el calzón le dejaba marcas que indicaba que el sol jamás conocía esos rincones, le puse mi pene no sé por dónde..., ella tampoco me lo decía, de repente le apuntaba a su ano y eso no quería hacerlo...

Historias V

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En el rancho, él se excitó muchísimo, al verlas a las dos, indefensas, provocadoras, como se resistían ante el nuevo juego que les había preparado.

Mi primera vez con una señora llamada Amelia I

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Me desaflojó la correa, bajo el cierre de mi pantalón y eso me comenzó a gustar, al sentir sus cálidas manos en mi pene me hizo sentir más rico todavía. Lo tenía bien erecto y ella se puso a mirar, me tocaba con sus dedos el glande y quiso remangarlo hasta abajo, pero la mitad de mi prepucio estaba pegado todavía a la piel, la parte del frenillo la tenía intacta y pegada al glande.

Historias IV

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Esta vez su pareja será también su esclava junto con su amiga, cuando a él se le apeteciera, y ellas le obedecerían en todo, como buenas chicas.

Chantaje a Marta la viuda

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Después de tantos meses de inactividad sexual se encontraba al borde del clímax. Una indescriptible oleada de placer nos invadió al mismo tiempo. Ella dio un gran suspiro y mientras que su cuerpo experimentaba un tremendo e insospechado orgasmo yo empecé a correrme con grandes convulsiones.

Solos en casa II

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La hermana de nuestro protagonista goza de él y de su novio y los tiene entrenados como perfectos sumisos que sólo disfrutan a sus órdenes.

La Caza

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Una chica hastiada de los placeres y posibilidades que le brinda su dinero, fragua un plan para hacerse una colección de esclavas.