Martina y Miguel se aman. La entrega, la pertenencia; saber el lugar que se ocupa para que la felicidad sea certeza y no promesa. Relato de pegging un día cualquiera.
Soy Paola y nuevamente les traigo otro relato real con mi hombre, donde dejo ver como me encanta follar y ser follada, sentirme sumisa y al mismo tiempo mandar en el sexo..
Nunca olvidaré la escena de mi frente al espejo siendo penetrada tan rico por ese hombre nunca olvidaré lo rico que sus manos apretaban y abrían mis nalgas para que pudiera entrar toda su verga .
Sandra ha sido reventada a pollazos en los últimos tiempos por buenos rabos jóvenes, y necesita contárselo a su hermana Marta. Todo empezó porque su hijo adolescente traía a su grupo de amigos a jugar a la play... y encima le pidió, el muy cerdo, que se exhibiera para ponerlos cachondos.
Adela tiene un extremo y específico ritual de masturbación, en el que se amordaza y se esposa para imaginar que su hijo entra al dormitorio para forzarla. Hoy está gritando más de lo habitual.
Sigue la historia completa de Astrid y su hermano Lars que se ven obligados a encerrarse en un búnker para protegerse de un bombardeo nuclear que cae sobre Suecia. Solos, deberán aprender a sobrevivir desarrollando una intimidad altamente inquietante. Novela completa a precio promocional.
Este es el final de esta increíble historia. Finalmente encuentran la solución a sus problemas para recorrer el camino de la vida juntos... la pregunta es... ¿Se animarán a ir por ese camino? ¿o alguno de los dos no aguantará ese camino lleno de sexo y aventuras?
Mi esposa al principio era como cualquier otra mujer, hasta que yo comencé a meterle ideas en su cabeza de coger con otros... y hoy en día ella es una tremenda Hotwife que coge con cuanto macho quiere, donde quiere y como ella quiere...
La mano de mi tía fue hacia su clítoris muy despacio y se tocó a tientas, como si no supiese dónde estaba. Después, continuó el movimiento hasta tocar la punta de mi polla, acariciándola en círculos con un dedo.
Este relato cuenta la historia de una de las nuevas familias modernas, las denominadas “integradas”. Un padre separado y su hijo, una madre divorciada y su hija. Cuarentena y sexo. Final.
Tras la campana, él me pinza contra la pizarra: embiste, dicta, borra mi nombre con cada golpe. El orgasmo estalla incompleto; mi “MARY” queda roto, su promesa de terminarlo en el escritorio ya me arde entre piernas.